Inyección de dopamina en Burgos con Izal

El parpadeo se transformó en un rápido destello a eso de las 21:20 horas. Ahí estaban en el escenario y ahí iba a empezar 'El pequeño gran final del viaje'. 'Meiuqèr', ese single que encabezará el próximo álbum de Izal, fue la carta de presentación. Un tema íntimo que colocó en el centro del escenario a los integrantes de la banda en plan privilegiados. En el césped de El Plantío la imagen era bien distinta, con grupos de máximo tres personas y cada uno en su metro cuadrado imaginario.

Izal iba consumiendo éxito tras éxito hasta que llegó 'Copacabana'. Los rayos de sol que entraban en el estadio burgalés (¡qué raro es ver un concierto en plena luz del día!) desataron la locura. Fue sonar eso de 'incluso en este justo momento' y la dopamina se destapó.

Estaban los que inundaron el Instagram con 'stories', los que empezaron a saltar, siempre en su metro cuadrado, con más energía que Ruth Beitia en los Juegos Olímpicos de Río o los que levantaban simplemente los brazos y aún no se atrevían a colocarse de forma perpendicular porque tan solo era la cuarta canción del concierto.

Pero esa ligera timidez desapareció con el paso de los minutos. El Plantío vibraba. Y lo hacía de verdad. Estaba al nivel de los goles de Juanma García o de la marcha de los Caselli del Burgos CF.

La fiesta, con el chute de dopamina en vena, eclosionó en el tramo final. 'El pozo', 'La mujer de verde', 'El Baile' y 'Pausa' pusieron el broche de oro a una de las citas grandes de los Sampedros. La siguiente, este martes. Turno para La M.O.D.A.