Burgos estalla en unos Sampedros de Primera

Burgalés de corazón, Michu recordó que llegó hasta capital del Cid con «una pequeña maleta» que ya se ha convertido en un «cofre lleno de amor a esta ciudad». Emocionado al dirigirse a los burgaleses proclamó que «lo mejor está por llegar», para ello pidió el apoyo de todos. «Burgos es conocido por su historia, por su gastronomía, por sus tesoros y también por la afición de nuestro equipo, que ha conseguido el reconocimiento de toda España. Porque el fútbol no es más que el espejo de una sociedad y si el Burgos está hoy en Segunda División tened por seguro, burgalesas y burgaleses, que sois de Primera», arengaba.

Julián Calero también tiró de épica deportiva para dirigirse a los burgaleses. «Somos hijos del frío aunque no seamos de Burgos», exclamaba desde el balcón del Ayuntamiento para delirio de muchos aficionados que abarrotaban la plaza. «Iniciamos un viaje en plena pandemia para devolver a la ciudad a donde se merece, donde tiene que estar, que es en la élite», ensalzaba el entrenador que ha convertido en éxitos sus temporadas.

Apelaba también el míster a esa unidad a la que ya hizo anteriormente mención Michu: «Sois los que nos lleváis en volandas y hacéis que seamos muy fuertes». Porque si algo ha destacado de la sociedad burgalesa, así como de su equipo, es «la humildad». «Los burgaleses son gente humilde y trabajadora», afirmaba.

«¡Esta ciudad es imparable!», proclamaba a los cuatros vientos antes de pedir a los burgaleses que disfrutasen de las fiestas. «En la vida hay momentos para todo. Hay momentos para reír, hay momentos para llorar, hay momentos para trabajar y hay momentos para disfrutar. Y este es momento para que disfrutéis de nuestras fiestas y que os sintáis orgullosos de lo que sois. ¡Viva San Pedro y San Pablo!

La plaza abarrotada entonces ha entonado 'Hijos del frío' como si El Plantío se hubiese trasladado hasta la Plaza Mayor para continuar con el ambiente festivo que comenzó con el izado de banderas y el Himno a Burgos.

Tras los pregoneros llegó el momento en el que el alcalde de la ciudad, Daniel de la Rosa, lanzó la bomba anunciadora de las fiestas para regocijo de los asistentes. Tras él se asomó al balcón del Ayuntamiento Manuel Díaz 'El Cordobés' que bromeaba con la celebración de su cumpleaños.

Después de hacer botar a toda la plaza, el matador de toros lanzó por los aires la bota para que las peñas se hicieran con ella y así desfilar hasta la Plaza del Cid donde impusieron el pañuelo a la estatua del Cid y dar por comenzadas las fiestas mayores.