Resignación en los centros comerciales de Burgos ante el cierre parcial de sus tiendas

Pero esa no era la novedad esta mañana en estos espacios, que han visto cómo gran parte de sus tiendas (alrededor del 50% en el Camino de la Plata) bajaban la persiana ante la normativa de la Junta de cerrar hostelería, centros comerciales y gimnasios.

A pesar de todo, los centros comerciales mostraron en su primer día de limitaciones una cara amable. La afluencia de clientes no ha mermado en comparación con otros días, aunque se palpaba un aroma diferente al ver tantos establecimientos sin nada de actividad.

Que la alimentación, con el Alcampo como la joya de la corona, telefonía, librerías, establecimientos con productos sanitarios y la restauración a domicilio estuvieran a pleno rendimiento daba la sensación de otra jornada más.

Pero realmente no era así, los propietarios de esos establecimientos se sienten señalados porque han puesto en práctica todas las medidas sanitarias exigibles, además de asegurar que no son un foco de transmisión de la covid-19.

En el caso del Camino de la Plata, todos los accesos están bifurcados en entrada y salida, con sus correspondientes dispensadores de gel hidroalcohólico (más los instalados en los servicios), se han desactivado todas las pantallas táctiles, se han acordonado los espacios públicos, se han cambiado los filtros de ventilación y se han sectorizado todas las zonas. No se escapa ningún detalle. Si bien, todas esas medidas ya estaban en junio, cuando reabrieron después del primer estado de alarma.

Decisiones que no han servido para que el Gobierno autonómico no incluyera a los centros comerciales entre los elegidos para el cierre por la alta incidencia de la covid en la región y en Burgos. Eso ha propiciado que alrededor de 25 establecimientos no pudieran seguir con su actividad económica en el Camino de la Plata. Y será así, como mínimo, durante dos semanas.