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Mientras Ciudadanos arremete duramente contra el PSOE de Pedro Sánchez por romper la unidad de España, en Burgos el equipo liderado por Vicente Marañón acerca posturas con los socialistas de Daniel de la Rosa. Se trata de cerrar un acuerdo, primando el «interés de la ... ciudad», afirman los naranjas, que permita contar con un presupuesto municipal en 2020. Y, así, dar carpetazo a la prórroga de la prórroga de las cuentas del PP aprobadas en 2017, lo que serviría también para dar estabilidad al gobierno en minoría del PSOE.
Los múltiples encontronazos protagonizados por Vicente Marañón, que ha criticado a De la Rosa por soberbio y prepotente, y ha llegado a pedir la dimisión de los ediles socialistas David Jurado y Josué Temiño por incompetentes, parecen carecer ahora de relevancia si lo que está en juego es acabar con la prórroga presupuestaria a la que el PP ha sometido a la ciudad durante los últimos años. Y será tras Reyes cuando Cs y PSOE se sienten a negociar, pues con la predisposición no está todo hecho, aunque suponga un cambio de actitud en positivo.
En el PP venían barruntando desde hace tiempo este 'viraje' de los de Ciudadanos. De hecho, cuando el PSOE presentó su borrador, en la formación de Javier Lacalle decían tener claro que el documento estaba ya hasta pactado con Cs, y que si los socialistas incluían algunas de las propuestas de la formación naranja (aunque no fuesen ni viables), habría presupuesto. Eso sí, este convencimiento 'sottovoce' no hace menos duro enfrentarse a la realidad de que, tras anunciar una propuesta alternativa de centroderecha, ahora Cs se descuelga en favor del acuerdo con el PSOE.
En la oposición, nadie quiere ser acusado de bloquear la acción de gobierno, aunque todos (casi todos, si exceptuamos a Podemos), critican duramente al PSOE y, en concreto, a Daniel de la Rosa. Se le acusa de prepotencia y arrogancia, unas cualidades nada idóneas para un gobierno en minoría que requiere de apoyos puntuales, aunque solo sea con la abstención, de las formaciones de centroderecha. Una bancada que, como ya avisó Vox, no está lo suficientemente unida como para hacer frente común y cada partido opta por posicionarse en busca de su propio interés político.
Ahora toca esperar. Habrá que ver si Cs cumple y las negociaciones del presupuesto se retoman pasado Reyes. En la memoria sigue muy vivo el recuerdo de otras negociaciones, también comprometidas, y que nunca se llegaron a afrontar. De la Rosa estuvo esperando pacientemente una llamada que nunca llegó, la de Cs para hablar de su investidura. La injerencia de Madrid, imponiendo un pacto nacional con ramificaciones regionales y locales, lo impidió, y solo la torpeza de Cs, que infravaloró a Vox, dio al traste con la investidura del propio Vicente Marañón.
Quién sabe si la situación se pudiera repetir ahora, con otro viraje dirigido, por los líderes actuales de Cs, Inés Arrimadas y Francisco Igea, que pudieran no ver con buenos ojos que en Burgos se pacte con el PSOE.. Y si los Reyes en lugar de traer un acuerdo de presupuestos (como le ha pedido De la Rosa) nos dejan bajo el árbol una nueva nueva prórroga, unas cuentas impuestas o, incluso, una moción de censura. Aunque si la oposición no se pone de acuerdo ni para diseñar un presupuesto alternativo, parece más complicado que lo hagan para conformar un nuevo gobierno, que ese es, al fin y al cabo, el propósito de una moción de censura, y no solo quitar al partido que lidera el Ayuntamiento por quitarlo.
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