Récord histórico de chapuzones

Además, sin ser un verano especialmente caluroso y en el que hasta casi la mitad de la campaña no se abrió el bar de las piscinas de El Plantío, los burgaleses se han entregado más a eso de disfrutar de la época estival cerca de una piscina.

Especialmente buena fue la primera mitad del verano, con varias olas de calor que multiplicaron los bañistas. De hecho, el récord de acceso de la campaña se batió el 26 de junio, con 8.182 accesos. De ellos, 3.938 fueron en las piscinas de verano de El Plantío, 2.391 en las de San Amaro, 1.325 en las de Capiscol y 528 en las de San Agustín. Solo el 24 de julio se superaron los 8.000 bañistas en un mismo día, exactamente fueron 8.105. Sin embargo, no se ha superado el récord histórico que se alcanzó el año pasado con 8.516 entradas el 13 de julio.

Sorprende el incremento de bañistas en las piscinas de San Amaro, que ha llegado incluso a obligar a limitar los accesos por tener el aforo completo, explica De la Fuente. La edil lo achaca, más que a una pérdida de calidad de las de El Plantío, a un crecimiento de población en la zona sur de la ciudad. Por una causa u otra, las piscinas de San Amaro -de verano e invierno- recibieron a 109.200 bañistas, lo que supone 10.878 más que en 2017.

De hecho, esta campaña San Amaro ha registrado más chapuzones que los contabilizados en las piscinas de verano de El Plantío, que se quedaron en 95.117. Si bien, si contamos los 23.730 que acudieron a las instalaciones de invierno de El Plantío entre el 11 de junio y el 9 de septiembre sí que se supera el dato de la instalación de San Amaro (118.847).

Finalmente, Capiscol ha tenido 65.900 usuarios y San Agustín 18.085, teniendo en cuenta que esta última instalación permaneció cerrada durante el mes de agosto. Este el único caso en el que han caído el número de usuarios, dado que en 2017 fueron 20.856, 2.771 más que este año.

Por otro lado, De la Fuente ha avanzado que el ingeniero municipal realizará en las próximas semanas un informe para acometer un lavado de cara, superficial, a las piscinas de verano de El Plantío, que no registran reformas de calado desde hace 18 años. Dos son los principales males de una de las instalaciones deportivas por excelencia, la pérdida de agua del vaso familiar, que obliga a la reposición constante de litros y litros de agua, y la cubierta de la zona de baños y vestuarios. Ambos problemas requieren de inversiones cuantiosas que deben de ser recogidas previamente en los presupuestos y mientras eso no ocurra no se podrán acometer, indica la responsable de Deportes.

Lo que sí espera poder hacer es acometer las pequeñas obras de reposición de elementos como váteres, azulejos, grifería… Son trabajos de mantenimiento que, sin requerir de grandes desembolsos municipales, dan una mejor imagen de la instalación.

Por último, y tras una tormentosa gestión del bar de las piscinas, el Servicio Municipalizado de Deportes volverá a sacar a concurso su gestión y lo hará con el tiempo suficiente para que no se vuelva a repetir la falta de servicio que se llegó a registrar durante semanas este año.