La intervención exige miniuciosidad, persistencia, paciencia y, sobre todo, tiempo. El proyecto de rehabilitación de los cinco relieves que componen el trasaltar de la Catedral de Burgos, tres de Felipe de Vigarny y dos de Pedro Alonso de los Ríos, va cumpliendo la programación ... prevista, sin prisas pero sin pausa, a fin de poder reinuagurar el conjunto arquitectónico de la girola en la primavera de 2020.
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Actualmente, los trabajos se centran en el rearme de los dos relieves que tuvieron que desmontarse para someterlos a un proceso de desalinización y restauración. Se trata de los conjuntos de la Crucifixión y el Descendimiento y la Resurrección, ambos de Vigarny, de los siglos XV y XV. Eran los más deteriorados del trasaltar, los que había perdido partes irrecuperables de las figuras, afectados por el denominado erróneamente 'mal de la piedra'.
Los daños sufridos a lo largo de los siglos por el trasaltar son consecuencia de las humedades y filtraciones de agua que sufre la Seo burgalesa. El agua, cargada de sales, se ha ido filtrando en la piedra y, al salir al exterior, cristaliza provocando la rotura de la piedra caliza con la que están construidos los relieves. De ahí que la primera intervención fuera la desalación de la piedra, para frenar los deterioros.
A finales del pasado año se comenzaron las labores de desmontaje de los dos relieves de Vigarny y, a continuación, arrancó ese proceso largo y laborioso de desalinización en las cubetas especialmente habilitadas para la ocasión en la Puerte de Pellejería, convertida en el taller de restauración. Ya libres de sales, se ha procedido a acometer los trabajos de conservación habituales.
Y, ahora, se puede comenzar el montaje, han explicado fuentes de la Consejería de Cultura y Turismo, que junto con el Cabildo Metropolitano impulsan este ambicioso proyecto dotado con una inversión de 1 millón de euros. El relieve de la Crucifixión ya está rearmado en su totalidad y se procede ahora al tratamiento de las juntas.
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Mientras, se está perfilando el diseño de reintegración del relieve del Descendimiento y la Resurrección, y ya se ha montado la predela, la zona inferior horizontal. Además, ya se han completado los trabajos en los conjuntos que permanecen en la girola, Cristo camino del calvario, Oración de Jesús en el huerto y Ascensión del Señor, que han sido sometidos a un proceso de desalación 'in situ', con eliminación de revestimientos y tratamiento de las juntas.
Del mismo modo, el proyecto ya ha abordado otra de las fases clave para impedir nuevos deterioros en el conjunto escultórico. Se ha impermeabilizado el trasaltar, primero saneando los rellenos del presbiterio y, luego, se ha creado la cámara de ventilación. Todo ello evitará humedades y filtraciones que puedan volver a cargar de agua con sales los relieves.
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Con todo ello, la Cultura afirma que el proyecto cumple la programación prevista. Lleva una inversión de 750.000 euros, del millón previsto, y se espera que la intervención pueda estar concluida para la primavera de 2020. Los trabajos los desarrolla la empresa Trycsa (Técnicas para la Restauración y Construcciones), que tiene nun plazo de ejecución total de 28 meses.
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