Carlos Palaciós, Vicen Aceves, Logan Guillén y Begoña Manso. JCR

Desde la prisión de Burgos: «El sistema carcelario ni reinserta en la sociedad ni humaniza»

La Pastoral Penitenciaria celebra la fiesta de la Merced con las personas presas. Reconocen que la Iglesia de Burgos les da muchos medios para trabajar, por ejemplo un piso de acogida o programas específicos de Cáritas, pero sienten una escasa cercanía de la Iglesia y echan en falta que se hable de la cárcel en las parroquias y comunidades

Domingo, 24 de septiembre 2023, 09:28

Desde hace décadas, una parte de la Iglesia de Burgos está presente en la prisión. La Pastoral Penitenciaria es un grupo de «personas cristianas, que entramos dentro de las cárceles para hacer allí presente la buena noticia del Evangelio», apuntan. Pero en las parroquias y ... en las comunidades esta realidad está «alejada, como lo están las cárceles de las ciudades y de la sociedad».

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Las personas voluntarias de la Pastoral Penitenciaria en Burgos son veinte. Entran en la prisión para acercar «el mensaje de amor de Jesús». Y la labor que realizan en en las cárceles españolas está muy reconocida y es muy respetada por la sociedad civil y política, también la de Burgos. Las personas voluntarias saben que su vocacion «es el servicio dentro y fuera de la cárcel».

El voluntariado de la cárcel de Burgos es variado. Hay «muchas asociaciones que entran en la cárcel» y cada voluntario tiene su mision, afirman. También los hay de diferentes confesiones religiosas, además de la Iglesia Católica está presente la Evangélica. Y echan en falta «que se dé servicio religioso a los musulmanes».

Begoña Manso, voluntaria desde hace siete años, subraya que los presos representan esa parte de la sociedad «que todo el mundo rechaza y son los más pobres y excluidos de la sociedad», sentencia. Este mundo forma parte de las periferias de las que habla el Papa Francisco; pero hay una gran parte de la sociedad y de la Iglesia que no quiere saber nada de las personas presas.

El caso de Logan

Logan Guillén es un recluso de la cárcel de Burgos que cumple cuatro años y medio de condena. Está de permiso. Está feliz. Este fin de semana visita a su familia en Arrasate. Mientras explica su mensaje, muestra las fotos de su hija mayor y del pequeño que ha hecho la primera comunión. Es «un viaje relámpago» porque el domingo ya debe «fichar en la cárcel».

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Antes ha estado en Martutene y «las condiciones de la cárcel de Burgos son mucho mejores que cualquiera otra». En la prisión de Burgos ha tenido la oportunidad de reinventarse «a través de la pintura y el arte» y también «a través del trabajo en el economato». No es un caso aislado, pero no es la realidad de la mayor parte de las personas presas.

Sobre todo se siente «arropado por las personas voluntarias de la cárcel» cuando ha salido de permiso. Vicen Aceves, Belén Varga y Begoña Manso son tres de las voluntarias de la Pastoral Penitenciaria. Carlos Palacios es el nuevo consiliario nombrado este año por el arzobispo, Mario Iceta. Son solo algunas de las personas que le acompañan en su permiso y con las que al final de la charla comparte una caña o un vino en un bar cercano al piso de acogida.

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Las personas voluntarias afirman que su labor es «acompañar una realidad que es muy desconocida fuera de ese ámbito y muy dolorosa en general». Trabajan con una doble mirada. Por un lado la de la sensibilización, hacia el exterior, que es «necesario reforzar», precisa Vicen Aceves.

Por otra, también, una mirada hacia el interior para acompañar las vidas de las personas que viven en prisión y las de sus familiares, sin olvidarse de las víctimas. Y «acogiendo sin juzgar, sin preguntar», valorando la «dignidad, que nunca han perdido porque se la da Dios», subraya la voluntaria.

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Trabajan mucho «la escucha» y lo corrobora Logan: «Me siento escuchado, se preocupan por mi vida. Hablamos. No de mi pasado, sino de mi presente y de mis expectativas de futuro, sin que nadie me juzgue», confiesa, y eso «me hace confiar y plantearme otra realidad, más allá de la cárcel», confiesa.

La acción con las personas presas se realiza a través de distintos talleres, en el interior de la cárcel, desde costura, radio, música, juegos, valores, terapia canina, escucha, teatro, manualidades… pero sobre todo «compartiendo con ellos sus momentos, sus alegrías, sus sufrimientos,sus luchas, sus sueños», relata Belén Varga y dejando que «formen parte también de tu realidad y celebrando esta vida y este caminar los domingos en la eucaristía», subraya Vicen Aceves.

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Y sin juzgar, recalca Begoña Manso: «Porque todo esto, tratamos de hacerlo mirando sus vidas como Dios mira las de todos, sin juzgar, sin condenar, desde la misericordia». Y respetando cada proceso y cada historia personal. Además de los talleres semanales, las salidas con las personas voluntarias y otras, los sábados y domingos celebran una misa en la cárcel.

Este domingo se ha invitado al arzobispo de Burgos, Mario Iceta, a que participe en la fiesta de la Merced, patrona de las personas de la cárcel. Pero cuentan con más acciones como realizar el Camino de Santiago con personas privadas de libertad en colaboración con otras personas voluntarias de otras organizaciones que también prestan su voluntariado en la cárcel.

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Incluso jóvenes estudiantes de Educación se han integrado en ocasiones en estos programas de voluntariado después de realizar unas prácticas o haber participado en el campo de trabajo que organiza la Pastoral Penitenciaria.

Mientras se celebre la fiesta, Logan será feliz por unas horas más. Allá donde reside su familia se está encontrando con los suyos. Y eso es un tesoro. Lo es para él y para las personas voluntarias que le acompañan.

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Educación y sensibilización

Es muy importante la labor de sensibilización social. Porque la realidad es muy tozuda y crea mucho recelo saber que una persona ha estado en la cárcel y las «dificultades para encontrar trabajo, piso, construir familia…todo lo que en fondo deseamos y buscamos los seres humanos para ser felices, ellos lo tienen muy difícil», reflexiona Begoña Manso.

Cartel de la charla en Burgos.

Vicen recuerda que más allá de la prisión se debería «seguir acompañando esa realidad más allá de las cárceles» porque la personas necesita una inserción en la sociedad a través de un empleo, de un apoyo social e integrado en una cultura. Por eso desde el voluntariado también se trabaja en tres ejes o áreas como son la jurídica, la social y la religiosa que ayudan a ese objetivo.

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Logan comparte la realidad que explican las personas voluntarias. A sus 40 años y, tras pasar por prisión, es una persona nueva: «Yo he intentado ver mi estancia como una oportunidad para hacer otras cosas, pero hay gente que lo vive de otra manera». Hay presos que se refugian en la droga, en las pastillas, en otras sustancias.

Porque el sistema de represión de la cárcel no funciona. «No es un sistema acertado», reconocen. Y eso que la cárcel de Burgos, por su tamaño y su funcionamiento, es de las mejores de España. Se trabaja en el interior con programas diversos encaminados a los motivos por los que están presos: drogodependencias, violencia de género, seguridad vial y delitos de sangre.

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El consiliario, Carlos Palacios, apunta que Burgos es una cárcel diferente a las del resto del entorno porque no hay presos con delitos muy graves. Y porque la tarea que se hace es muy rica y cercana con las personas presas. Pero sigue haciendo falta mucha sensibilización.

Begoña Manso recuerda que desde la Pastoral Penitenciaria se llevan a cabo jornadas de sensibilización, pero son insuficientes. Recuerda que se han celebrado en el Arciprestazgo de Gamonal, en Miranda de Ebro e incluso en el colegio de Jesuitas de Burgos. Pero hace falta mucho más que «una carta pastoral del arzobispo» hablando de la cárcel en un momento puntual.

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Oportunidades

La Iglesia de Burgos tiene la oportunidad de conocer una realidad de cárcel que todas las personas voluntarias ni dejan de subrayar: «Somos invisibles», dice Vicen. Y tanto Carlos Palacios, el consiliario, como la voluntaria y el resto de sus compañeros se marcan el reto de «hacernos más presentes» en el interior de la Iglesia y en la sociedad.

Una de esas oportunidades, más allá de la celebración este domingo de la fiesta de la Merced, es la charla que van a celebrar el viernes 29 en la sala de conferencias de Fundación Círculo, en Plaza de España a las 19.30 horas, con el título 'Los hijos de las personas privadas de libertad' a cargo del profesor de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Salamanca; Roberto Carcedo.

Esta organizada por la Delegación de Pastoral Penitenciaria de Burgos y su voluntariado.

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