Premio para los embajadores de valores universales

Ramón Sobremonte, director general de Cajaviva Caja Rural, ha recordado que la entidad le tiene un «cariño especial» a esta convocatoria de premios, pues los valores que se reconocen son los mismos de los que puede presumir la cooperativa de crédito. Valores reconocidos universalmente, que ayudan no solo a que Burgos tenga un presente mejor, sino también un futuro más optimista.

El premio a la 'Solidaridad' se lo ha llevado este año Betania, por su trabajo con mujeres víctimas de la explotación sexual. El proyecto contactó el pasado año con 470 mujeres, y el objetivo último es prestarles el apoyo que necesiten para facilitar su integración personal, scoial y laboral tras situaciones de prostitución, tráfico o trata. Trabajan de manera discreta, pero eficiente, y este premio supone para las mujeres de Betania un escaparate en el que mostrar sus reivindicaciones de igualdad de derechos.

El 'Compromiso' demostrado por la Plataforma en Defensa del Tren Directo, con su plante semanal desde el pasado 18 de noviembre, les ha hecho merecedores de otro de los galardones. El camino más corto entre dos puntos es la línea recta y, en este caso, pasa por Aranda de Duero y Burgos. La reapertura del tren directo es económicamente viable, también técnicamente, además de ser una necesidad y una oportunidad de crecimiento económico y emprsarial para Burgos, han recordado los impulsores de la iniciativa.

El premio a la 'Responsabilidad' se lo ha llevado la Familia García Viadero de Bodegas Valduero, que llegó hace 30 años a la Ribera del Duero y, con su gran trayectoria profesional, ahora llevan el nombre de Burgos por todo el mundo. Yolanda García, una de sus responsables, ha insistido en que el de la responsabilidad es un gran valor, muy poco valorado en la sociedad actual, por eso les hace una «tremenda ilusión» el premio.

Finalmente, el galardón popular ha ido a parar a Salvemos Rioseco, la iniciativa solidaria impulsada para la rehabilitación del Monasterio de Santa María de Rioseco. El proyecto se inició como un programa de voluntariado, estival, para recuperar el cenobio. Con el tiempo ha conseguido el compromiso de las administraciones, avanzando en la recuperación del monasterio, con importantes inversiones que han frenado su estado de ruina y lo han puesto en valor.