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No está siendo un verano normal. Ni mucho menos. La pandemia de la covid-19 ha supuesto un cambio de paradigma en prácticamente todos los ámbitos, y el del ocio estival no ha sido ajeno. Así lo demuestra, entre otras, la escasa afluencia de público ... registrada en las piscinas municipales, que han tenido que adaptar su campaña de verano a una situación totalmente atípica.
En total, desde que abrieron las piscinas municipales, un total de 99.790 personas han hecho uso de ellas. Se trata de alrededor de una tercera parte de las que habitualmente acceden al recinto durante la temporada de baño. El año pasado, por ejemplo, durante todo el verano se registraron un total de 281.541 usuarios, una cifra algo menos a la contabilizada la temporada anterior. La diferencia en 2020, en todo caso, es abismal.
En este sentido, dos son los factores clave este verano. Por un lado, la tardía apertura de las instalaciones respecto a otros años. De hecho, las dudas y faltas de protocolo claros durante los primeros meses de la pandemia obligaron a retrasar la apertura de las piscinas hasta el 29 de junio, festividad local de San Pedro, cuando habitualmente la fecha elegida se sitúa en torno a la segunda semana de junio.
A esa apertura tardía se le une el propio recelo de muchos usuarios habituales, que este año han decidido no arriesgarse a un posible contagio en las piscinas. Un contagio que, afortunadamente, no se ha documentado.
A este respecto, resulta clave el cumplimiento del protocolo establecido para la reapertura de las piscinas. Un protocolo complejo que ha obligado a adaptar el servicio. De hecho, durante las primeras semanas, y con el objetivo de garantizar la trazabilidad en caso de un posible contagio, solo los usuarios con carnet pudieron acceder a las piscinas. Una vez que se comprobó que la ocupación media era muy inferior a la de un verano normal, se decidió abrir la posibilidad de acceder a las instalaciones al resto de usuarios. Eso sí, se decidió que todos ellos solicitaran cita previa el día anterior para mantener la trazabilidad.
Además durante todas estas semanas se ha procedido a cerrar las instalaciones durante el mediodía para desinfectarlas a fondo y se han clausurado las duchas de los vestuarios y las fuentes para minimizar riesgos.
En todo caso, este año también ha sido la instalación de El Plantío la más visitada, con 48.651 usuarios, seguida de San Amaro, con 33.760. Un uso muchho más reducido han tenido las instalaciones cubiertas de Capiscol (15.038) y San Agustín (2.341). Se trata de cifras muy alejadas de las registradas durante un verano normal.
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