La Fiscalía Provincial de Burgos solicita una pena de ocho años de prisión y una multa de tres millones de euros para dos acusados de recibir droga sintética en Burgos enviada desde Holanda. Estas sustancias, que procedían de la India, se encontraban en unos paquetes ... que en noviembre de 2021 quedaron retenidos en la aduana de Ámsterdan por no cumplir con los protocolos documentales. La destinataria del paquete era una persona de origen búlgaro que regentaba un club de altere en las proximidades de Burgos.
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Gracias a las investigaciones realizadas por la policía española y el intercambio de información entre el Grupo de Respuesta Contra el Crimen Organizado radicado en Galicia (GRECO Galicia) y la Drug Enforcemet Administration (DEA) de los EEUU, a través del agregado de la DEA en Madrid, se tuvo conocimiento de la existencia de este envío.
Con esta información, el Grupo de estupefacientes de la Comisaría Provincial de Burgos logró la plena identificación de la acusada y la sección de agentes encubiertos inició las labores de aproximación a ella. Fruto de este acercamiento la acusada se citó con un agente al que le solicitó que transportara la carga retenida en la aduana holandesa, le entregó los documentos originales de importación, le explicó el contenido y lugar donde se encontraba y también quién era el destinatario. En esta reunión se acordó que el transporte se realizaría a principios del mes de marzo.
En el curso de las negociaciones de la acusada con los agentes encubiertos para que trajeran a España la mercancía retenida en Holanda, la acusada comunicó por mensaje a uno de los agentes encubiertos que tenía un segundo paquete, dos cajas, que le hacían falta con urgencia y le solicitó que lo recogiera junto con el envío de la aduana holandesa.
De esta forma, el agente se dirigió a la dirección facilitada en Ámsterdam. Una vez allí la acusada le remitió un link con una nueva dirección, desplazándose el agente al citado punto, proporcionándole la acusada la descripción de la persona que iba a hacer la entrega. Una hora después llegó al lugar el vehículo indicado, momento en el que el conductor saludó al agente encubierto preguntándole si venía de parte de la acusada. En ese momento, esta persona le hizo entrega de una caja de color blanco con el anagrama de una ferretería que contenía dos bolsas. Una de las bolsas era transparente y contenía una sustancia pulverulenta de color blanco. La otra bolsa estaba precintada.
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El paquete, una vez que se recogió en Ámsterdam, fue custodiado en dependencias policiales de dicha ciudad y entregada a agentes de la UDYCO españoles para su traslado en avión, viaje que se realizó el 12/3/22. En cambio, los agentes encubiertos no pudieron retirar la mercancía que se encontraba en el almacén, mientras que la acusada mostró en varias ocasiones su enfado por la tardanza en traer la mercancía recogida en Ámsterdam y la imposibilidad de recoger su envío depositado en el almacén. Ante la imposibilidad de recoger la mercancía, la UDYCO solicitó la entrada y registro en el referido almacén.
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Además de la entrada y registro en los almacenes de Ámsterdam, se acordó la entrada y registro en el domicilio de la acusada. Mientras tanto, la acusada y su pareja (el acusado) amenazaron a los agentes encubiertos a través de llamadas y mensajes por la tardanza en la entrega del paquete recuperado. Después de varios contactos, el día 17/03/2022 los agentes encubiertos concertaron una cita en Madrid para dar a la acusada la caja recogida en Ámsterdam. A la cita acudieron ella junto a su marido (el acusado). En el momento en que la acusada se hizo cargo de la caja entregada por el agente encubierto se procedió a la detención de ambos.
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Uno de los agentes encubiertos entregó a los funcionarios policiales los 3.000 euros que la acusada le había anticipado en uno de sus encuentros por realizar el transporte de la mercancía. Después, fueron conducidos al Juzgado de Instrucción, donde se procedió a la apertura de la caja custodiada, obteniéndose unos vestigios de 5,2 gramos y 5,7 gramos para su análisis por laboratorio Químico Toxicológico de la Comisaría General de Policía Científica.
Realizados los registros de forma simultánea el 17/3/22 en el almacén de Ámsterdam, se hallaron 77 bidones de 15 kilos cada uno, pertenecientes a tres envíos diferentes. En 16 de ellos se encontró 3-MMC, interviniéndose 240 kilos de sustancia no fiscalizada en España en aquel momento, pero sí en Holanda. Se acordó su destrucción y se procedió a la detención de una tercera persona.
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En el registro realizado en el domicilio de los acusados se intervino la cantidad de 58.280 euros en billetes fraccionados, no conociéndose que los acusados tengan una fuente legal de ingresos, a excepción del club que regentaba la acusada, que también fue registrado sin encontrarse objetos o efectos relevantes.
Se intervino el vehículo de titularidad de la acusada y una báscula de pesaje en el interior del maletero. La sustancia contenida en las bolsas que estaban dentro de la caja custodiada, que los acusados recogieron de los agentes, resultó ser 4-CMC, una nueva droga estimulante. En total, la cantidad incautada fue de 20.061,3 gramos y su valor asciende a 867.449,31€.
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Por ello, se solicita para cada uno de los acusados la pena de ocho años de prisión, con accesoria de inhabilitación especial para el derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, y la pena de multa de 3.000.000 euros.
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