La propuesta de la consejera de Economía y Hacienda, Pilar del Olmo, de hacer que los clientes paguen por probarse la ropa para disuadir a aquellos que buscan los productos en el pequeño comercio pero luego compran por internet, ha generado no pocas polémicas. ... Los ciudadanos se han echado las manos a la cabeza, algunos grupos políticos como Podemos han calificado de «delirante» la idea y los comerciantes han puesto negro sobre blanco.
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En Burgos, la Federación de Empresarios del Comercio (FEC) ha recordado que la propuesta «no es nada novedosa». De hecho, se lleva utilizando unos cuantos años en Estados Unidos, ha apuntado Julián Vesga, portavoz del colectivo empresarial. Y solo en aquellos establecimientos «que se lo pueden permitir» pues cuentan con productos propios y sin competencia.
Aquí, en España no sería viable salvo que fuese una medida generalizada. Y es que si unos comercios cobran a los clientes por probarse sus artículos pero otros no, lo único que se conseguiría es perder clientela o lanzarla directamente al medio digital. La solución al problema de las compras por internet es complicada, ha reconocido Vesga, quien apuesta por el «valor añadido» que puede ofrecer el comercio de proximidad a las compras.
La cercanía, el asesoramiento, los productos de calidad, la rapidez en la devolución de artículos son la clave para afrontar los vertiginosos cambios que se están registrado en los hábitos de compra. «No podemos negar» que cada vez hay más gente que se lanza a las compras por internet, y también que viene a las tiendas, se prueba ropa o calzado, y luego lo compra por la red.
Detrás está la comodidad, la rapidez en la compra o, simplemente, la «vagancia», la menta Julián Vesga. Y es que no en todos los casos el producto que se compra por internet tiene mejor precio que el que ofrecen los comerciantes locales. Además, en no pocas ocasiones las devoluciones son mucho más farragosas, y las garantías de reparación o restitución tampoco se cumplen.
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La Federación de Empresarios del Comercio de Burgos es consciente de que «toca» un replanteamiento general de las políticas de venta y compra. Las ideas que se pueden poner sobre la mesa son variadas, pero debe apostarse por el «valor añadido» y, sobre todo, «no cambiar las reglas del juego a mitad de la partida», que es lo que está pasando ahora.
Cuando las grandes cadenas se iban comiendo a los pequeños establecimientos no pasaba nada. Sin embargo, ahora son ellas las que piden medidas que regulen los mercados frente al gigante de internet y a plataformas como Amazon, en la que los ciudadanos pueden comprar absolutamente de todo desde el sofá de su casa y con un simple 'clic'. Cambian las tendencias y los hábitos y hay que adaptarse, insiste Julián Vesga, pero sin perder la perspectiva de que estamos en Europa.
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