La incoherencia política esconde una de las razones de la caída de Ciudadanos en las elecciones generales. Sin embargo, la formación naranja parece no acusar el golpe. En Burgos, Vicente Marañón se desmarcaba esta pasada semana anunciando que no presentaría ninguna proposición al pleno del ... Ayuntamiento en protesta por la actitud «intolerable», afirmaba, de Daniel de la Rosa, tras negarse a poner la bandera de España en el balcón de la Casa Consistorial el pasado 1 de noviembre.
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Una pataleta más a cuenta del cumplimiento de las proposiciones declarativas aprobadas en pleno, recurrente en el pasado mandato aunque, entonces, Cs no optó en ningún momento por el plante. Ni siquiera cuando el Partido Popular se saltó a la torera el acuerdo que le permitió a Javier Lacalle librarse de la moción de censura. Sin embargo, ahora al PSOE, Cs no quiere pasarle ni una y, ante el primer incumplimiento, Marañón se pone digno y le acusa de «deslegitimar» el pleno.
De nada sirve, parece ser, que el Ayuntamiento sí que haya ejecutado la petición de Cs sobre el adecentamiento de la pérgola de la Plaza de España. Ni tiempo parece que se le va a dar al PSOE para ver qué ocurre con el resto de propuestas aprobadas en el nuevo mandato. No querer poner la bandera el 1 de noviembre (aunque sí se pondrá el Día de la Constitución) es motivo suficiente para que Cs haga una dejación de funciones.
Y es que, no se engañen, entre las responsabilidades de los grupos municipales está la de realizar propuestas al pleno. Y mientras algunas formaciones, como Vox, están preocupadas porque tienen un número limitado de proposiciones, Cs pasa de llevar propuestas a la sesión noviembre. Una decisión liderada por Marañón que no ha gustado a alguno de los miembros de su grupo, en el que ya empiezan a verse fracturas internas.
En uno más de los teatrillos que se vienen representado últimamente en el pleno municipal, Vicente Marañón abroncaba a David Jurado. El portavoz de Cs volvía a echarle en cara su condición de político profesional («yo trabajo pero usted solo se dedica a la política») y que esté cobrando la dedicación exclusiva como portavoz del PSOE en la Diputación, al mismo tiempo que lleva Hacienda en el Ayuntamiento.
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«Le voy a decir a Rodríguez que no te pague», fue la bufonada de niño de patio de colegio, en referencia al vicepresidente de la Diputación y responsable de Personal, que Marañón completó con un «alcalde, me ha insultado», cuando Jurado le acusó de cacique por sus declaraciones. Marañón acabó con una llamada al orden del propio alcalde, para frenar su puesta en escena.
Visto lo visto, no es tan mala idea la propuesta que me hizo recientemente un concejal de crear unos premios Hemicisco locales, al estilo de los que conceden los compañeros periodistas en las Cortes de Castilla y León, para retratar a nuestros ediles. Apuntado queda.
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