La pasarela del barrio de El Crucero será «completamente diferente» a la anterior

El diseño del nuevo puente será «completamente diferente al anterior», según Peña, para adaptarlo a la legislación en materia de accesibilidad. La infraestructura contará con rampas de 105 metros en el acceso norte y otros 55 en el sur, en la calle Ángel García Bedoya y, con el objetivo de agilizar el recorrido a pie, dispondrá de escaleras en ambos extremos.

El proyecto prevé el reacondicionamiento de unas escaleras existentes a la altura de la calle Carcedo y, en ese mismo entorno, bajo la rampa de 55 metros, «se podría completar la obra con una zona ajardinada en el caso de que la dirección facultativa le dé el visto bueno». En cuanto al acceso norte, contará con un nuevo paso de peatones y una nueva acera a la altura de la calle Carcedo.

Además, las obras contemplan la construcción de un muro de contención junto a la calzada de la BU-11, donde se apoya la viga de la pasarela.

La secretaria general del PSOE de Burgos ha valorado la agilidad con la que el nuevo Ejecutivo ha tramitado el proyecto, puesto que, como ha explicado Izquierdo, las obras se licitaron en diciembre de 2017 y se adjudicaron a la empresa Viales y Obras Públicas el pasado 9 de agosto por 554.000 euros y un plazo de ejecución de cuatro meses.

Asimismo, Peña, que ha destacado «la diligencia del PSOE en la solución de los problemas de la provincia», ha recordado que el anterior Gobierno del PP desmanteló «con nocturnidad» la pasarela del Crucero, que databa de los años 70, dado su importante deterioro a consecuencia de la falta de mantenimiento de la estructura en los últimos 30 años. Entonces Fomento fijó un plazo de tres meses para la redacción de un nuevo proyecto cuya entrega se fue retrasando, como la posterior tramitación administrativa, hasta acabar «en el último cajón del despacho más oscuro del Ministerio», ha asegurado Peña.

Por último, la diputada ha agradecido también la beligerancia del consejo de barrio de El Crucero en estos dos años ante una situación «incomprensible» que ha generado «importantes problemas para acceder de un lado a otro de la ciudad a sus más de 500 vecinos y vecinas, muchos de ellos de avanzada edad y con problemas de movilidad».