La polémica en torno a los fumadores se desataba de nuevo esta semana con las declaraciones de portavoz y consejero de Transparencia, Ordenación del Territorio y Acción Exterior, Francisco Igea, cuando recordaba que «está prohibido fumar» en las terrazas «desde que se anunció en ... el decreto que solo podía quitarse la mascarilla para comer y beber, y ninguna cosa más».
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En Burgos el alcalde manifestaba mostrarse de acuerdo con una recomendación que está implícita en la propia norma y apelaba a la responsabilidad y al «sentido común» de la ciudadanía a la hora de fumar en la vía pública, para abstenerse de hacerlo en aquellos lugares en los que no se puede guardar la distancia de seguridad.
En términos generales, los vecinos de la capital se muestran a favor dado que es «una cuestión de salud pública», tal y como manifiesta José Antonio en el paseo del Espolón. «Yo dejé de fumar hace muchos años por salud y no me gusta que otros me echen el humo y si encima es un riesgo de contagio la cosa está clara», expone. En la misma posición se sitúa otra burgalesa que, a pesar de ser fumadora, afirma que procura hacerlo alejada de la gente «porque hay que quitarse la mascarilla, es una cosa lógica», reconoce.
A la hora del vermú, este sábado el centro de Burgos mostraba una imagen de dinamismo que, aunque con menos afluencia que en años anteriores, ha llevado a muchos a consumir en bares y terrazas. La mayoría de los fumadores se apartaban para hacerlo con la distancia de seguridad respecto al resto de personas.
Sin embargo, muchos ven en esta prohibición un motivo de posibles conflictos entre vecinos. El presidente de la Federación de Hosteleros de Burgos, gerente de un establecimiento, asegura que algunos clientes se sientes confusos, «se sigue y se seguirá una línea cívica, pero habrá momentos de conflicto», señala. Estos podrían darse cuando un fumador considere que se halla lo suficientemente alejado de otra mesa pero el otro cliente crea que no lo está, «en muchos casos nos va a tocar a los hosteleros hacer de policías para resolver esas situaciones y no debería ser así», argumenta.
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No obstante, en líneas generales, el comportamiento de los burgaleses está siendo respetuoso aunque habrá que esperar a que se interiorice la normativa para que la convivencia entre fumadores y no fumadores sea la mejor posible.
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