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La vuelta a clase siempre genera incertidumbre y multitud de quebraderos de cabeza. Sin embargo, lo que está viviendo una familia de acogida de Burgos este año supera los problemas habituales del inicio del curso escolar. En una carta, la familia denuncia que los Servicios ... Sociales de la Junta de Castilla y León han resuelto de manera apresurada y sin tenerles en cuenta la organización del traslado del menor en acogida a Burgos capital, para que pueda continuar con sus estudios y comenzar un módulo de Formación Profesional.
El menor se encuentra bajo la tutela de los Servicios Sociales regionales pero lleva viviendo más de seis años y medio con esta familia de acogida, en un pueblo de la provincia de Burgos. Ahora le toca trasladarse a la capital para seguir estudiando y este mismo lunes comenzará una nueva rutina que le supondrá levantarse a las seis y media de la mañana para poder llegar a las clases del instituto, que arrancan a las 8:30. Son dos horas las que necesita para cumplir horarios dada la ubicación en la que se encuentra la residencia en la que va a vivir durante este curso escolar.
La familia explica que al menor le tocará «levantarse a las seis y media de la mañana, desayunar rápidamente en el self-service de la residencia, abierto a partir de las siete, para no perder el bus de las siete y veinte y llegar a las clases en el instituto a las ocho y media». Y al regreso del instituto la situación no mejora. «Le espera otro viaje en autobús, para comer cerca de las 15:30 una comida recalentada que le guardan, porque el comedor de la residencia finaliza el horario de comidas a las tres de la tarde», se lamenta la familia. Y así durante nueve meses.
La decisión no ha sido tomada por la familia de acogida, sino por la Gerencia Territorial de Servicios Sociales, que «no ha dejado opinar a la familia ni decidir al propio menor». «Todo se ha resuelto de manera apresurada, a pesar de conocer la situación y la necesidad ya en junio», explican en su carta. La familia de acogida lamenta esta situación, que no se les haya dejado decidir a ellos. Tampoco al propio menor, que tiene un trastorno por déficit de atención y problemas de estructuración espacio-temporales, una dificultad añadida pero que no le resta capacidad en la toma de decisiones.
La familia critica la forma de actuar de la Gerencia Territorial de Servicios Sociales de Burgos, bajo cuya tutela está el joven, que con el inicio del curso y su traslado a la residencia de la capital «respiran tranquilos al poder dar carpetazo a este capítulo de su expediente», apuntan en su carta. No han tenido en cuenta a la persona tutelada, insisten, lamentando que sea de este modo cómo la Junta vela por los intereses de los menores que están en situación de desamparo.
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