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Se realizará una intervención profunda en el convento de San Francisco. BC
Las obras del convento de San Francisco arrancarán en verano para convertirlo en un recurso cultural

Las obras del convento de San Francisco arrancarán en verano para convertirlo en un recurso cultural

El Ayuntamiento de Burgos invertirá más de 200.000 euros en un proyecto de consolidación de las ruinas, puesta en valor como recurso cultural y acondicionamiento del entorno

Sábado, 29 de abril 2023, 09:07

Tras una primera intervención de 43.600 euros, destinada básicamente a frenar el grave deterioro que arrastran las ruinas, el Ayuntamiento de Burgos apuesta ahora por un proyecto mucho más profundo en el convento de San Francisco. El objetivo es consolidar los restos que ... se conservan y crear un recurso cultural al aire libre para la ciudad.

Para ello, el área de Patrimonio licitó a finales de marzo un contrato de obras, que está próximo a adjudicarse. Tras presentarse cuatro empresas se ha escogido la oferta de Aibur. Una vez presente la documentación exigida, y sea examinada, se procederá a la adjudicación definitiva del contrato, ha explicado la concejala, Sonia Rodríguez.

De este modo, si no hay imprevistos, las obras podrían comenzar este mismo verano, y tienen un plazo de ejecución de seis meses, por lo que el proyecto estaría concluido para el inicio de 2024. La intervención, con una inversión de más de 200.000 euros, supone consolidar las ruinas, poner en valor los restos del edificio y acondicionar sus entornos.

Se trata, por una parte, de proteger los restos de este monumento histórico, incluidos en la Lista Roja del Patrimonio por su estado de deterioro y la falta de conservación. Pero también de dotarlos de un uso para que la ciudad pueda «disfrutar» de las ruinas, pudiendo organizarse actividades culturales de pequeñas dimensiones en su interior.

Puntos clave

El proyecto diseñado para la actuación municipal parte de las deficiencias detectadas durante las primeras obras de consolidación acometidas en noviembre de 2021. Entonces se decidió intervenir de urgencia porque «se estaba cayendo», apunta Rodríguez, en referencia al constante desprendimiento de piedras desde los muros.

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Se limpió la vegetación adherida a las ruinas, también todo el interior del conjunto y se eliminaron los gratifis. A continuación se procedió a realizar tareas de conservación de las piedras y los muros, para evitar que siguieran deteriorándose y frenar la caída de materiales. Todo ello definió las prioridades del proyecto que se acometerá ahora.

Entre ellas, la necesidad de realizar un tratamiento específico para sacar la pintura de los grafitis incrustada y restaurar las zonas afectadas; sanear todas las ruinas, limpiándolas de polución, vegetación y otros agentes; acondicionar el interior, realizando un camino de servicio; garantizar la estabilidad del talud; e iluminar las ruinas.

La actuación básica se completará con la apertura de una nueva entrada, más accesible; la instalación de una reja, pues el edificio solo estará abierto cuando esté en uso; un ajardinamiento del interior, que se pavimentará con adoquines de piedra sobre arena, protegiendo los restos existentes; y ajardinamiento de los exteriores.

Se habilitará un acceso en la zona tapiada, que fue acceso en su momento del edificio militar. BC

De convento a uso militar

El convento de San Francisco, ubicado en la confluencia de las calles San Francisco y Azorín, fue fundado por el propio San Francisco de Así en 1214, con la autorización del rey Alfonso VIII de Castilla. Inicialmente estuvo ubicado en el lugar de la antigua ermita de San Miguel, pero se trasladó al campo de los Vadillos, extramuros.

El nuevo edificio se levantó con fondos aportados por el rey Fernando III de Castilla, nobles,el cabildo catedralicio, el concejo y los frailes. Fue sede del archivo de la Corona, por decisión de los Reyes Católicos, hasta que se creó el Archivo General de Simancas.

El convento sufrió graves daños durante la Guerra de la Independencia. Los franceses lo utilizaron como cuartel y quedó en ruinas tras la voladura del Castillo. Se reconstruyó a posteriori, pero acabó desafectado en 1835, y años más tarde se reformó para convertirlo en cuartel.

El edificio tuvo durante años un uso militar y, ya en el siglo XX, pasó a usos municipales, como almacenes y cocheras, cuando se cedió al Ayuntamiento de la ciudad en 1972. Llegaron a plantear su demolición, pero la Comisión de Patrimonio, en 1984, recomendó una recuperación como testimonio arqueológico.

La última intervención, antes de las acometidas durante este mandato municipal, fue en 1996. Llegó tras revertirse la cesión al Ministerio de Cultura para levantar allí el Archivo Histórico Provincial.

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