Las obras del centro 'La Parrala' empezarán en primavera con una inversión de 560.000 euros

«Hemos tenido problemas de goteras, con las bajantes, el tejado se ha arreglado varias veces con tela asfáltica...», explica Violeta Ollauri, la presidenta de la asociación, pero por pocos días. Este marzo se renueva la junta directiva, compuesta por cuatro miembros, cada uno de una compañía diferente. Cambian cada dos años y, así, todos se embarcan en la experiencia de gestionar el centro de creación escénica.

Requiere de una implicación total. «Es un proyecto ilusionante pero desgasta», admite Ana García (Ronco Teatro), quien reconoce que hacen «encaje de bolillos» en materia económica. El centro ha mejorado considerablemente desde que la asociación se hizo su cargo de su gestión, en 1999, pero sigue teniendo sus «debilidades» y multitud de gastos de mantenimiento, obras menores que asume la asociación.

Por ese motivo, el proyecto que acometerá el Ayuntamiento en los próximos meses es tan importante. Se invertirán alrededor de 560.000 euros en la reforma de la envolvente técnica para mejorar el aislamiento del edificio. También se sustituirá una parte del tejado y las ventanas de los dos edificios que componen el centro, y se acometerán pequeñas reparaciones y labores de mantenimiento.

En principio, las obras empezarán esta primavera y durarán unos ocho meses. Violeta comenta que el Ayuntamiento ya ha invertido 40.000 euros en cambiar las ventanas de una parte del edificio y el arreglo de los baños exteriores. Este proyecto de ahora completa el compromiso adquirido por el equipo de Gobierno, que ha mostrado interés desde el principio en mejorar las condiciones de La Parrala.

Violeta y Ana destacan lo que supone para las compañías disponer de un centro de estas características, algo poco habitual en el mundo del arte. 'La Parrala' les ofrece estabilidad, pues supone tener a su disposición salas de ensayo compartidas, espacios de almacenaje, para las giras y escenografía, oficinas y un gimnasio. Hay salas pequeñas y otros espacios más grandes, que sirven para los grandes ensayos, por ejemplo.

'La Parrala' es un centro autogestionado, recuerda Ana, ideal para que las compañías puedan hacer uso de las instalaciones según sus necesidades. Unas instalaciones que a veces «se comen» a la propia asociación, que tiene que estar pendiente de cuestiones tan prosaicas como una avería, una fuga de agua o la organización de espacios, mientras vela por los derechos de los socios, gestiona subvenciones y organiza actividades culturales.

Para asumir todo este trabajo, la Asociación de Artes Escénicas de Burgos cuenta con un convenio municipal, que en esta ocasión se ha elevado a 22.000 euros. Sirve para mantener la oficina de gestión del centro, la programación cultural, los talleres, la ayuda a las compañías, realizar mejoras y obras de mantenimiento menores, labores de limpieza... y todo lo que tiene que ver con el día a día del centro y la asociación.

Así que no es raro que, aprovechando los fondos europeos de recuperación tras la pandemia, la asociación haya solicitado una ayuda para la renovación de los equipos técnicos: equipos informáticos, iluminación y un equipo escénico propio, para las actividades que organiza el propio centro (ahora se sirven del que les prestan las compañías) y poder cederlo a los grupos más pequeños.

Violeta Ollauri reconoce que la pandemia ha asestado un importante golpe a las compañías, y algunos no han vuelto todavía a los escenarios. Son sobre todo los grupos no profesionales, pero a estos también le está costando mucho reactivarse. En el último tramo del pasado año se programó mucho, pero porque había mucho acumulado, así que miran con expectación lo que pueda ocurrir este 2022.

Desde 'La Parrala' también están deseando volver a la normalidad. Han continuado con las actividades del Jardín Escénico, pero solo con espectáculos pequeños. Nada que ver con las fiestas que se montaban antes de pandemia, una jornada de convivencia, llena de actuaciones, circo, teatro, conciertos... También han seguido con el festival, que se organiza entre noviembre y diciembre. Y con los talleres.

Son actividades que buscan dar a conocer el trabajo que se hace en el centro de creación escénica, acercarlo a los burgaleses, pues no todos lo conocen. Eso sí, conocen a las compañías que en él habitan, pues en Burgos hay mucho apoyo a la cultura. «El público responde», y las instituciones, también. Solo el pasado año, los grupos de Burgos representaron 700 obras, entre capital y provincia.