El Obispillo reivindica la mirada «inocente de los niños» como forma de evitar conflictos

Con la expectación habitual, se ha subido a lomos del caballo y ahí ya han comenzado los gritos de «¡Viva el Obispillo!». Ha recorrido la plaza del Rey San Fernando, ha atravesado el arco Santa María hasta el paseo del Espolón y de ahí ha llegado hasta la calle Carnicerías, travesía del Mercado y hasta la plaza Mayor. Siempre con una sonrisa y manteniendo la calma, ha demostrado su serenidad incluso cuando el caballo se alteraba ligeramente debido a la expectación generada en las decenas de personas al paso de la comitiva.

La tradición se remonta siglos en el tiempo. Así, cada 28 de diciembre con motivo del día de los Santos Inocentes, la capital celebra esta fiesta donde un miembro de la Escolanía de Pueri Cantores, el que fue proclamado Obispillo, Jorge Hernández Miguel en este caso, traslada al Ayuntamiento de Burgos sus peticiones.

Al llegar la comitiva a la plaza Mayor, el alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, ha recibido al Obispillo y, tras un saludo, se han dirigido al salón de Plenos. Allí, desde el balcón, Jorge Hernández Miguel ha comunicado sus deseos.

Se ha centrado el Obispillo en aquellas personas que sufren carencias debido a los fenómenos naturales adversos o las guerras. Ha reivindicado en este caso la mirada inocente de los niños. «Muchos de estos problemas podrían evitarse si los mayores tuvieran presente la mirada inocente de un niño», ha señalado. Ha pedido también a los niños que no quieran crecer rápido, «querer hacerse mayor antes de tiempo lleva a muchos a decir palabrotas y cometer malos actos». Y ha finalizado con un deseo de «paz y felicidad» para todos.

Jorge fue elegido Obispillo por sus propios compañeros, los otros 12 escolanos que conforman la Escolanía de Pueri Cantores. La votación se realizó el jueves 1 de diciembre y el domingo 4 fue nombrado. Se escoge entre aquellos niños que han hecho la Primera Comunión en el año vigente y que destacan por su buen comportamiento y por asistir de manera asidua a los ensayos, según explica Amador Pérez, director de la escolanía.

El día de su nombramiento, Pérez definió al Obispillo como un «niño tranquilo, obediente y muy bueno», al que le «gusta compartir y ser amable con los demás». Sobre todo, le gusta cantar, leer, jugar y adora a los animales. El propio Jorge, que estudia quinto de Primaria en el colegio San Pedro y San Felices, aseguró que lo que más le gusta es cantar y reconoció que le hacía mucha ilusión ser Obispillo para «poder representar a la escolanía».