La segunda jornada de concentración en memoria de la bici volvió a reunir a los usuarios de este medio de transporte en las calles de la ciudad. Desde las 13:00 horas y desde la Plaza Mayor, donde comenzó la marcha, centenares de usuarios y ... aficionados de las dos ruedas asistieron a la convocatoria que una vez más se realizó por redes sociales, y en las que se insisten que se trata de una iniciativa ciudadana que no responde a intereses de ningún partido político.
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Con la bicicleta en mano haciendo sonar timbres y bocibas, y por el Paseo del Espolón, trataron de entrar por la Plaza del Rey San Fernando, donde se encontraron el primer escollo de la jornada, la actuación de la Comparsa Peña recreativa Castellana en la puerta del Sarmental de la Catedral y la gran afluencia de público para escuchar sus sátiras impidió al nutrido grupo cubrir el recorrido establecido en la convocatoria.
Allí se vivieron los primeros momentos de tensión, en los que los vecinos que disfrutaban de la comparsa recriminaban a los ciclistas que hicieran sonar sus timbres y bocinas. «Es que a mí me gusta la bici y me pueden matar, señora», le argumentaba una de las usuarias ante las protestas.
Con el grupo partido en dos, los que lograron atravesar la plaza y los que no, se tomó la decisión de volver sobre los pasos para juntarse todos de nuevo en el Paseo del Espolón y volver hasta la Plaza Mayor.
A partir de ahí, bicicleta en mano hasta la calle Santander donde los ciclistas y los usuarios del patín eléctrico se echaron a la calzada para reclamar la modificación de la nueva Ordenanza de Movilidad.
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Al grito de «somos ciclistas, no terroristas» o «no contamina ni gasta gasolina», los cientos de usuarios de este medio de transporte fueron recorriendo las calles de la ciudad. Respetando, eso sí, los semáforos en rojo para permitir el paso de peatones y de los coches, ya que el recorrido no estaba oficializado y la policía tuvo que ir cortando el tráfico según avanzaba la marcha.
Los indicidentes llegaron en la rotonda de la Avenida la Paz, donde vehículos y ciclistas compartieron asfalto y las recriminaciones llegaron de uno y otro lado. La Policía Municipal calmó los ánimos para que el incidente no llegase a mayores y se continuase la marcha.
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La glorieta de Castilla y León fue la siguiente parada en el recorrido, donde los vehículos a motor esperaron, algunos haciendo sonal el claxon hasta que los ciclistas abandonaron la rotonda dirección calle Vitoria.
Los gritos de «bájate de ese coche y súbete a la bici» fueron aplaudidos por muchos mientras que entre los peatones que se encontraban con la marcha existía división de opiniones sobre la protesta.
La manifestación terminó por segundo domingo consecutivo en la Plaza del Cid, donde se produjo otro incidente que se saldó con la intervención de la Policía Municipal. El autobús que esperaba frente al Teatro Principal quiso emprender la marcha mientras los ciclistas continuaban girando alrededor del Cid, para proteger a sus compañeros uno de ellos se interpuso en su camino, lo que provocó un leve altercado que se saldó con la intervención de los municipales y la toma de datos del ciclista.
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Sin embargo, cuando se disipó la concentración, agente y ciclista mantuvieron una conversación en la que aclararon posturas y dejaron una pregunta en el aire: «¿Volveréis a manifestaros?»
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