Noche ajetreada de la Policía Local en Burgos en el primer viernes sin toque de queda

La concejal de Seguridad Ciudadana, Blanca Carpintero, reconce que «en la tarde-noche había mucha gente en los entornos del Castillo», que es la zona prioritaria este fin de semana en vigilancia policial (aunque no la única). Los agentes relizaron labores preventivas, en primer lugar, y luego de disolución de concentraciones y botellones. «Se ha incatuado mucho alcohol», admite, y se han destruido botellas que quedaban abandonadas tras la huida.

Y es que, como siempre, en cuanto se detecta la presencia policial, los grupos de jóvenes se disuelven, salen corriendo. Por ese motivo, el operativo cuenta también con agentes de paisano, explica Carpintero. «La labor de la Policía Local no es fácil», recuerda la concejal, precisamente porque los botellones se dispersan, los jóvenes huyen o se esconden, pero o se van a otro lugar o vuelven al mismo cuando se va la policía.

En este operativo especial, que se desarolla hasta las dos de la madrugada, se ha conseguido el objetivo marcado de dispersar las concentraciones de personas en el Castillo y «sin mayores incidencias». Esta próxima tarde-noche se volverá a activar el dispositivo policial, que completa a la labor habitual que vienen haciendo los agentes de control del cumplimiento de las medidas covid.

Entre su cometido se encuentra también vigilar los aforos en establecimientos y hostelería, el cumplimieto de los horarios de cierre, el uso de las mascarillas y, en el caso más concreto vinculado a los botellones, la venta de alcohol a menores. El pasado fin de semana, tras levantarse el estado de alarma, se registraron también algunos botellones y quejas por ruidos, pero sin incidencias especialmente reseñables.