Dos meses después de que se procediese al desalojo del edificio de la Plaza Alonso Martínez, tras declararse peligro de ruina inminente la fachada norte por problemas estructurales, los negocios 'Donde Alberto' y 'Academia Ilima' podrán retomar su actividad una vez se ha procedido ... al desprecintado del inmueble, según han informado hoy los Bomberos de Burgos.
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La decisión se tomó desde el Ayuntamiento el pasado 25 de julio, cuando se detectaron grietas en la pared lateral del edificio sobre la calle Trinidad. Y se optó por tomar medidas de seguridad, que ahora ya no son necesarias, una vez solucionado el problema detectado en la fachada norte.
Los propietarios del inmueble, el número 5 de la céntrica plaza, han acometido una intervención de consolidación de la fachada y apeo de la estructura para garantizar su estabilidad. Las obras necesarias para poder reabrir el edificio no eran especialmente complicadas, un apuntalamiento con una estructura estabilizada, como la que se ha instalado en el lateral.
Ahora llega el momento de retomar la actividad, algo que estaban deseando los negocios afectados por el desalojo. La Academia Ilima ha tenido que suspender y reubicar sus actividades formativas, mientras que el bar Donde Alberto ha estado cerrado durante estos dos meses, una situación complicada teniendo en cuenta que el verano es uno de los momentos más fuertes para la actividad hostelera.
Alberto Santamaría, gerente de la tabena Donde Alberto, asegura que lo único que querían tanto él como el resto de trabajadores del establecimiento, solo querían «volver a abrir». Y es que dos meses se le han hecho largos, sobre todo teniendo en cuenta que en agosto del año pasado «duplicamos la caja de otros meses».
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Los trabajadores han vivido un ERE durante estos meses que finalizó el pasado viernes. Por eso, no ha dejado pasar ni unas horas para regresar a la actividad y han trabajado desde última hora de la mañana para estar a punto lo antes posible. «Nos lo han notificado este mañana», explica Santamaría. Este miércoles a las 20:00 horas vuelve a abrir sus puertas con la oferta habitual. «Al final para una obra de cinco días hemos estado cerrados dos meses. La fecha se iba retrasando, he pasado un verano muy malo». Ahora, solo tiene palabras de agradecimiento para aquellos que se han preocupado durante este tiempo del devenir del establecimiento que se encuentra en perfecto estado.
Por su parte, David Preciado, propietario de la academia de inglés Ilima, asegura que se ha tardado más de lo debido en volver a sus negocios entre otras causas por «el retraso de la firma de un certificado y temas burocráticos». Además, comenta que en verano «fue complejo encontrar a alguien que estabilizara la fachada». Este miércoles ya han abierto sus puertas.
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Ninguno de los dos ha cuantificado los daños todavía, y desconocen a cuánto ascienden las pérdidas de dos meses de cierre, pero se muestran esperanzados ante la respuesta de sus seguros. Ambos quieren dejar claro que no hay ningún problema de seguridad en sus locales ni en el edificio, como ha quedado demostrado con la única intervención en la fachada, y han retomado con ganas su trabajo.
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