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Los trabajos de restauración del trasaltar de la Catedral de Burgos afrontan su recta final. Pese al parón sufrido por la crisis sanitaria de la covid-19, que obligó a paralizar las obras durante los quince días de la segunda prórroga del estado de alarma, ... la intervención va a buen ritmo, «incluso cumpliendo los plazos con mayor celeridad de la prevista», apuntan en la Consejería de Turismo y Cultura, promotora de la iniciativa junto con el Cabildo Catedralicio.
Los últimos trabajos acometidos se han centrado en el relieve del Descendimiento y la Resurrección, obra de Felipe de Vigarny, que junto con el relieve de la Crucifixión se ha tenido que desmontar para realizar la desalinización de la piedra. Ambos relieves, de los siglos XV y XVI, ya han superado este proceso, se encuentran libres de sales y restaurados, y se han reintegrado en la girola.
Cultura explica que se acaba de completar el montaje del relieve de la Resurrección, incluidas las nueve piezas que componen el panel central, «una vez se ha tratado la piedra». La actuación ha supuesto pegar y consolodira todos los fragmentos de pieda que estaban desprendidos y recolocarlos en su posición original. También, reforzar estructuralmente los bloques debilitados.
Las piezas del panel central han quedado estabilizadas gracias a la estructura auxiliar de acero inoxidable y, para la talla del Cristo Resucitado, se deberá de instalar una reintegrción desmontable para ocultar el refeurzo realizado. Es una de las actuaciones pendientes, junto con el rejuntado de las fábricas recolocadas y otros remates. De este modo, el taller del patio de Pellejerías ya está vacío de piezas, una vez se han armado los dos relieves desmontados.
El proyecto de rehabilitación consta de 28 fases, de las cuales, 20 ya se han acometido. El objetivo es intervenir en los cinco relieves que componen el trasaltar, con especial incidencia en los tres realizados por Felipe de Vigarny y que se encontraban más deterioriados. Se trata de los relieves del Camino del Calvario, La Crucifixión y El Descendimiento y la Resurrección, estos dos últimos con los mayores daños.
También se ha actuado en las obras de Pedro Alonso de los Ríos, que completan la girola con la Oración en el Huerto y la Ascensión. De momento, se han invertido 985.543 euros, prácticamente la mayor parte del presupuesto (1.045.543 euros), que sufragan conjuntamente entre la Junta y el Cabildo Metropolitano. Quedan pendientes las últimas fases, que suponen 60.000 euros.
Entre los trabajos a acometer se encuentra un segundo muestreo del relieve Camino del Calvario, para comprobar que los tratamientos realizados han sido eficaces. También labores de entonación cromática de las diferentes superficies. Y diferentes trabajos de documentación, limpieza general, desmontaje de medios auxiliarios o informes.
Con todo, las previsiones que manejan en Cultura es poder finalizar la obra al concluir este 2020, para que esté lista de cara a la celebración del VIII Centenario de la Catedral de Burgos.
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