La meteorología y la incertidumbre económica ralentizan la venta de buñuelos

Las pastelerías burgalesas se afanan en estas horas para que ningún burgalés se quede sin ellos, sin embargo, los maestros reposteros lamentan que su venta «está muy tranquila». «Este año está haciendo demasiado bueno y con calor la gente quiere disfrutar más de la calle y no viene a comprar buñuelos», cuenta Fidel López, de pastelerías Juarreño.

Coincide en la apreciación de que la venta está «muy tranquila» David Saiz, de Pastelería Maxi. «De momento, en comparación a otros años, la venta en las semanas previas está siendo más floja. Después de tantas cosas que han pasado ya no sabes cuál es el motivo», explica David.

Sin embargo, todavía quedan días por delante y mantienen la esperanza de que durante el fin de semana se incremente la venta de estos dulces tradicionales. «Es puente y haciendo bueno... la venta en los Santos es muy local y si la gente se marcha fuera aprovechando la buena climatología las ventas se pueden ver afectadas», lamenta Fidel. Pero como todos los puntos de vista, este también esconde uno positivo: «Es puente también para recibir visitas, así que los que viene a Burgos también pueden comprarlos», indica David.

A diferencia de los roscones de Reyes, los buñuelos no suelen venderse tanto bajo encargo, sino que es una venta en el mismo día. «En Reyes sí hay encargos para poder atender a toda la clientela, pero en el tema de los buñuelos no es necesario, vas a la tienda el mismo día y los compras», afirma Fidel. David, por su parte, sí considera que «se está vendiendo menos por encargo que otros años».

La tradición en Burgos para esta fecha son los buñuelos, pero en Juarreño también hacen «algunos huesos de santo que son el complemento». Y si algún paladar goloso no termina satisfecho con esto, también puede adquirir «algún panallet o empiñonados con base de mazapán como introducción a la Navidad», pero lo tradicional en Burgos son los buñuelos: «De nata, de crema y de trufa».

En Pastelería Maxi ofrecen además «pajaritas de hojaldre y panecillos» es lo que se vende ahora, «junto a los buñuelos y hueso que es lo más conocido». Una amplia oferte de dulces en la que, aunque el buñuelo más emblemático es el de crema, el de nata y el de trufa han ido ganando adeptos. Y, como recuerda Fidel, «no importa que haga más calor que otros años para poder degustarlos». «Con lo que nos estamos ahorrando en calefacción podemos comprar más buñuelos», bromea.