Los hosteleros burgaleses no comprenden por qué el grueso de las medidas de contención de la covid se centran en su sector, cuando no se ha demostrado que suponga un foco de contagios. Claman contra el cierre obligatorio impuesto para los próximos 14 días y ... lamentan que las ayudas no lleguen.
Publicidad
«Esto no es normal porque no nos hemos repuesto del anterior cierre y la gente está reacia a entrar y ahora otra vez a lo mismo». Así responde María Ángeles Fraga, propietaria del bar Moeda en el centro de Burgos, cuando le preguntan sobre las nuevas restricciones anunciadas este martes que obligan a cerrar la hostelería.
«Lo peor es la incertidumbre, nos están calentando muchísimo la cabeza y esto no es normal, no nos han dado una triste ayuda, no he recibido un duro y hemos seguido pagando legalmente y las ayudas no vienen. Hubo una del Ayuntamiento y no hemos recibido nada«, lamenta Fraga, que, aunque no tiene empleados, trabaja junto a su marido en el bar que es el único sustento del matrimonio.
Insiste en lo «injusto» de las restricciones, «hemos tenido que pagar todos los meses para justificar que nos den las ayudas pero las ayudas no han llegado. Se están cebando con los hosteleros, porque yo vengo en autobús y el autobús está petado y ahí no pasa nada, pero aquí en el bar tengo mis medidas de seguridad, mi gel, limpiamos cada vez que se va un cliente, la hostelería no es el oco y nos están arruinando la vida«.
A pesar de todo asegura que el viernes echará la persiana «hasta nueva orden» y con mucha «angustia» y pesar por una situación que no comprende y que, insiste, va a ser «la ruina» para los pequeños comerciantes y para los hosteleros.
Publicidad
David gonzález, cafetería acuarium
Por su parte, el dueño de la cafetería Acuarium, David González, reconoce que, después de varios días de rumores, no les sorpende el anuncio del cierre. «Nos sentimos señalados porque además no somos el sector que más contagios tenga, y menos una cafetería como nosotros que desinfectamos todo el tiempo entre clientes«, asegura.
Entiende que la vida social deba limitarse pero la incertidumbre que genera esta situación para quienes se dedican a la hostelería es «mucha»: «No sabemos cuánto van a cerrar, aunque los ERTEs están hasta el 31 de enero, y mi empleada tiene que ir a ERTE, seguro porque hay muchos agujeros ya para apretar el cinturón«, afirma.
Publicidad
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
La bodega del siglo XIV que elabora vino de 20 años y el primer vermut de Valladolid
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.