Una lubina para toda la familia

La que resultó ser una lubina de unas dimensiones extraordinarias no se percató de la presencia del pescador, que le acertó con el arpón en la cabeza. «Se puso como loca», relata Acha, que tuvo que luchar casi 45 minutos para poder sacarla del agua. Gracias a la cercanía con unas rocas pudo ayudarse para reducir la fuerza del animal, que «casi podía conmigo», advierte.

Ya fuera del agua, la lubina seguía intentando zafarse, pero el pescador la abrazó y la llevó por la playa, ante la curiosa mirada de los veraneantes. Acha se había hecho con la mayor presa hasta el momento y, según explica, antes había visto peces de semejante tamaño, pero prefería escapar.

La lubina, del tamaño de un niño de 3 años, fue el tema de conversación en cuantos bares de la zona visitó antes de comer. «Fui a casa a limpiarla, trocearla y congelarla (por eso del anisakis) y pregunté por el precio que pagarían a algunos dueños de establecimientos que frecuento», explica Acha, que llegó a saber de un restaurante que habría ofrecido 250 euros por ella.

Sin embargo, la mejor forma de celebrar la captura es con la familia y así es como lo harán los Acha, ya que su hermano, tirador con arco olímpico, competirá este fin de semana en el Campeonato de España al aire libre en Santander y aprovecharán para degustar al horno una lubina que, a buen seguro, no dejará a nadie con hambre.