Todo listo para repartir los titos de San Antón en Burgos

Habrá una única fila y se contará con el apoyo de Policía Local y Protección Civil para garantizar que se cumple con la distancia de seguridad, el uso de mascarillas y los itinerarios seguros. Además, la víspera, los cofrades se someterán a una prueba PCR y aquel que dé positivo, se queda fuera de la celebración, explica José Luis Martínez, miembro de la Cofradía de San Antón.

Mientras, en la sede del Antiguo Pueblo de Gamonal ya han comenzado los preparativos. Desde este jueves, los cofrades (pertrechados con mascarillas y guantes) preparan los ingredientes de los titos, y se empieza como siempre con el pelado de los ajos. Se necesitan 250 kilos, así que hay mucho ajo que pelar. También que filetear, porque una parte de destinará a los refritos.

El plato lleva 3.000 kilos de titos, 250 kilos de cebollas (que se trocean el domingo por la mañana), los 250 kilos de ajos, 3.000 guindillas, 3.000 pimientos de calahorra, entre 20 y 25 kilos de sal y aceite (12 litros en las calderas pequeñas y 14 en las grandes), explican José Luis Martínez y Tomás Crispín, dos de la treintena de socios con los que cuenta la cofradía.

Los preparativos llevan hasta la mañana del domingo. La tarde se reserva para la misa de víspera. El lunes 17 «amanecerá» para los cofrades a las cinco de la mañana. Los titos se habrán puesto en remojo el domingo, pero por la mañana hay que cambiarles el agua. Y a las 8 se suelen enceder los fuegos con 6.000 kilos de leña. Martínez reconoce que este año tendrán que madrugar más porque la misa se va a adelantar a las 11 para empezar antes el reparto y que haya menos aglomeraciones.

Se utilizan 17 calderas y 1.400 litros de agua, que suministran los Bomberos de Burgos. Se ponen a cocer los titos y, progresivamente, se va añadiendo la cebolla, los dientes de ajo, las guindillas, los pimientos y la sal. También se prepara el refrito, se le echa y, tras un último cocido de 45 minutos, los titos están listos para repartirse. Serán unas 22.000 las raciones que se repartirán.

La Cofradía de San Antón sigue al pie de esta tradición, aunque cada vez les cuesta más. Tomás Crispín recuerda que solo en los titos se van 6.000 de los 7.500 euros de subvención que reciben del Ayuntamiento. Y, de momento, tienen titos porque un agricultor los cultiva solo para ellos, que ya les ha tocado algún año tener que ir buscando la legumbre pueblo a pueblo.

Aun así, a los cofrades les tira mucho la fiesta. Martínez es miembro de la cofradía desde que tenía 18 años (y ahora tiene 67). Se hizo socio, siguiendo los pasos de su padre, justo antes de irse a la mili. Y aunque en los preparativos priman los socios de mayor edad, hay relevo generacional, pero tienen que compatibilizar estos días las tareas de la cofradía con su trabajo, y a veces es complicado.