Los libros se echan a la calle en Burgos

«Teníamos muchísimas ganas», afirma Víctor Adot, de La Llave y miembro de la directiva de la Asociación Provincial de Libreros. Y los lectores también. Buena muestra de ello es la importante cola que se ha generado, como consecuencia de las medidas de control de aforo que impone la pandemia. Y es que el Día del Libro se celebra en la Plaza Mayor, con los puestos muy separados entre sí y en un entorno cerrado, que se controla por aforo.

El plan de prevención es muy riguroso, explica Adot, y les ha costado mucho esfuerzo y dinero a los libreros, pero merece la pena. El Día del Libro es una fecha muy especial. Para los libreros supone reencontrarse entre compañeros, a los que no ven a menudo. Además, «es una manera muy diferente de relacionarte con el lector» y también es muy estimulante, pues al librero le toca elegir qué lleva de entre toda la oferta que tiene en la librería.

Verónica, de Bosque de Letras, reconcoe que tenía muchas ganas de salir, y el día además ha acompañado, pues hace buena temperatura, no llueve y tampoco hace un sol achicharrante, así que los lectores se están animando. «La cola es la mejor señal», afirma, mientras no para de atender peticiones. Muchas vinculadas con las novedades, que se han presentado para el Día del Libro, y 'Sira' de María Dueñas es la gran protagonista de este año.

Así que para Verónica este 23 de abril está siendo «fabuloso». También para Iván, de Avalon Burgos, que se estrenan en un Día del Libro. Son novatos, reconoce, y venían con un poco de miedo pero están muy contentos. Los compañeros les han ayudado mucho y el público está respondiendo. «Es una fiesta, tenías ganas de salir», asegura, y además los lectores se dejan recomendar. Vienen pidiendo consejo y eso a los libreros les gusta mucho porque, como dice Iván, comparten afición, en este caso, del cómic.

El Día del Libro es una fiesta. El descuento del 10% tira mucho de las ventas, pero realmente a los lectores lo que les gusta es el ambiente. Pasear entre los puestos, rebuscar, preguntar por las novedades, pedir recomendaciones. Este año, la pandemia ha impedido orgnaizar un programa cultural complementario, pero sí se ha mantenido la presencia de los floristas de Burgos, con sus rosas para acompañar a la compra de libros.

Las prescripciones de los libreros funcionan muy bien en literatura especializada como los cómics o la literatura infantil y juvenil. Los niños y adolescentes son muy exigentes, admite Víctor, y también los padres. Y ahora hay una gran oferta de literatura infantil y juvenil, con propuestas de gran calidad, que juegan con el misterio, el humor y el formato sagas, que engancha a los más pequeños.

Los libreros estarán en la Plaza Mayor hasta las ocho de la tarde. Y en sus librerías, siempre. Víctor Adot hace un llamamiento a los burgaleses para que compren en las librerías de la ciudad, en cualquier, en aquella que sea de su confianza. Y recuerda que a la mayoría las pueden encontrar también en la compra online, a través de Todos tus libros, que ha sido clave para afrontar la pandemia.