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Había muchas ganas y el público burgalés no ha decepcionado. La Feria del Libro de Burgos ha clausurado su 45 edición con mucha satisfacción por parte de libreros y lectores. Todos han acabado contentos pese a la novedad de las fechas y los cambios en ... la ubicación, porque se ha recuperado el espíritu que rodea a la fiesta de los libros, han vuelto los encuentros con autores y los libreros han recomendado muchos títulos.
El presidente de la Asociación Provincial de Libreros, Álvaro Manso, reconoce que están «contentos porque ha habido mucho público y la asistencia media a las actividades ha estado bastente bien, incluso en algunas ha sido muy buena«. Una vez más, los burgaleses han respondido a la llamada de los libreros, siempre es así, sea una feria o un día del libro, y más tras un año de restricciones.
Además, las ventas han acompañado. Se calcula que se ha vendido un 11% más que en el 2019, siguiendo con la tendencia de recuperación de ventas que se ha visto incluso en el año de la pandemia, así que es para estar muy satisfechos. Los dos fines de semana de feria han funcionado bien, incluso este que ha coincidido con los actos de las jornadas medievales Jimena y la leyenda del Cid, que han desviado la atención.
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Patricia Carro
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Manso explica que, tras la clausura de la edición de 2021, toca hacer balance. Y entre las cosas que analizarán son aquellos cambios a los que se han visto forzados. «La Plaza Mayor es un lugar muy interesante», admite el presidente, con un flujo más estable de público que el Paseo del Espolón. Eso no quiere decir que vayan a abandonar la ubicación tradicional, pero están dispuestos a valorar cómo aprovecharse de ambos espacios.
Lo mismo en lo relativo al Teatro Principal, que ha acogido las presentaciones de los autores más populares, cuando habitualmente estas se suelen hacer en la carpa de la feria. «Lo bueno es que te permite jugar con cualquier aforo», comenta Manso, pero en el Principal «la cercanía entre lectores y autores no es la misma, hay más barrera», y eso lo han dicho algunos autores y lectores, así que habrá que ver cuándo usarlo y cuándo no.
La Feria del Libro se ha cerrado con el habitual picnic, una actividad familiar, bonita y de buen rollo, que alegra los momentos más tristes de la clausura. Eso sí, no es necesario que nos despidamos de los libros. Ellos se vuelven a las librerías, donde nos esperan cualquier día y, en especial, el próximo 12 de noviembre. Entonces se celebrará el Día de las Librerías y, en esta ocasión, se aplicará un 10% de descuento a las ventas.
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