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Imagen de las excavaciones en el Solar del Cid.

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Imagen de las excavaciones en el Solar del Cid. BC

La leyenda del Solar del Cid, morada del Campeador

Se completa el proyecto de excavaciones que ha investigado la leyenda que vincula el solar de San Martín con las viviendas de Rodrigo Díaz de Vivar

Sábado, 16 de abril 2022, 13:35

Pero... ¿aquí vivió realmente El Cid Campeador? Quién sabe. La leyenda, sustentada en ciertos documentos históricos, podría ser verdad y Rodrigo Díaz de Vivar habría contado con una casa en los entornos del actual Arco de San Martín. También cabe la opción de que las propiedades solo estuvieran vinculadas, de algún modo, al linaje del Campeador. O simplemente podría ser un relato histórico falso, tejido para dar empaque a unos terrenos que, con el crecimiento de la ciudad, fueron perdiendo relevancia y quedando prácticamente abandonados.

Por el momento, no se puede dar una respuesta absoluta a la pregunta que burgaleses y visitantes se hacen cada vez que se acercan al Solar del Cid, donde un monumento de 1784, recuerda la supuesta antigua localización de las que fueran las casas del de Vivar. El proyecto arqueológico impulsado por el Ayuntamiento de Burgos, en colaboración con la Asociación Ego Ruderico, no ha permitido desvelar este misterio, pero tampoco es que se buscara precisamente eso. Se trataba de investigar la leyenda, para intentar comprender de dónde viene y, si es posible, acotar hechos históricos.

La investigación arrancó en 2017. «El solar es el único elemento vinculado al Cid», recuerda la arqueóloga Fabiola Monzón, responsable del proyecto. «Tenemos una ruta cidiana, diferentes objetos, textos, leyendas...», insiste, pero este lugar es el único que se vincula al Campeador. Así que, a través de los planes de empleo municipales, el Ayuntamiento lanzó la primera campaña de excavaciones en 2017. Hicieron una zanja, vieron que había diferentes secuencias estratigráficas, diferentes cronologías, así que se decidió continuar con la excavación.

«Hemos hilado distintos argumentos y llegado a distintas conclusiones en función de los restos encontrados» y a la documentación existente, explica Monzón. Así, el denominado Solar del Cid estuvo ocupado desde la Alta Edad Media hasta el siglo XVI, que cuando pasó a manos del entonces ayuntamiento de Burgos. Y se han documentado tres fases de ocupación diferentes, que muestran la evolución no solo cronológica del solar sino también la histórica de la propia ciudad, del que fuera barrio de San Martín.

Se amplió la zona de excavaciones para localizar los muros exteriores. BC

Lo primero que se localizó, y que correspondería con la época más antigua de ocupación, fueron los silos, abiertos como almacén para el grano y que luego derivaron en vertederos. «Nos dan una cronología altomedieval», explica la arqueóloga, y por los restos encontrados la ocupación sería de en torno al siglo XI, lo que ayuda a demostrar arqueológicamente que esa zona formaba parte del barrio periférico de San Martín, de origen agrícola. Fabiola Monzón apunta, además, que si había varios silos no sería raro que hubiera una granja en medio del solar.

Por tanto, «tenemos elementos que corresponden con la época de El Cid, que nos confirman una construcción en esa época, pero no hay documentación que nos pueda confirmar que son de El Cid», insiste Monzón. La excavación también ha confirmado que, a continuación, en el lugar se levantó una casa señorial. Se excavó en la roca pues el pavimento encontrado, canto rodado, está por debajo del nivel de los silos. La explicación se encontraría en un intento de acercar la entrada de la vivienda a la calzada, que era Camino de Santiago, y ponerla a cota del arco de San Martín.

La vivienda tendrá seguramente más de una planta, porque la planta baja no se han localizado habitaciones. Hay un patio trasero, como los que existen en otras viviendas actuales de la zona. Luego, una sala intermedia que podría ser un zaguán y otra sala, que podría ser una ampliación. Como no se ha excavado bajo la escalinata de piedra con la que se accede al monumento, queda por saber hasta dónde llegaría la vivienda y cuál sería la entrada, que estaría a pie del Camino de Santiago y oculta bajo la escalinata.

Fabiola Monzón ha explicado que se han localizado muros de cierre de la vivienda, para lo cual se tuvo que ampliar la zona de excavación más allá de propio 'Solar del Cid'. Las divisiones de los espacios se hicieron con piedra y encofrados de cal y yesos, y son esos materiales junto con los restos localizados los que dan la datación de la vivienda, que estaría en torno al siglo XIII. En esa época, la vivienda sigue en uso, y también unos siglos después, aunque convertida en centro de artesanía, momento al que correspondería el horno localizado.

Monzón apunta que, inicialmente, pensaron que era un alfarero pero no han encontrado materiaels que así lo confirmen. Sí mucha escoria, así que podría ser un horno de fragua, por ejemplo. También han documentado que se cubrió el pavimento con suelo de yeso y que se construyó una habitación diferenciada, que podría ser el taller o una tienda. De este modo, se puede concluir que los inquilinos vivía en la parte superior de la casa, mientras que la primera planta, con el acceso directo a calle, era la tienda y el taller, algo habitual en la época.

Entre los elementos recuperados destaca un dedal fínamente tallado. BC

A partir del siglo XVI, es que cuando se hace con la propiedad el ayuntamiento, la casa se abandona y se segrega la parcela. Sufre expolio y no sería hasta el año 1784 que se construiría el monumento, que está colocado sobre uno de los muros de la antigua vivienda. Desde el momento en el que el ayuntamiento compra el solar, este ha quedado en desuso, de ahí que en el proyecto de excavaciones se hayan podido localizar los restos de las construcciones previas, lo que ha ayudado a confirmar que, al menos, en el solar sí hubo vivienda en la época de El Cid.

Documentos históricos

Fabiola Monzón recuerda que, salvo que hubieran encontrado una inscripción o similar, es prácticamente imposible poder determinar si fueron viviendas del Campeador. La documentación histórica en la que se basó la investigación de Ego Ruderico son los escritos del Padre Berganza, que en su libro 'Antigüedades de España' (siglo XVII) recoge un testimonio de los archivos del Monasterio de San Pedro de Cardeña. Se trataría del intento de alquilar unas casas, que fueron de El Cid, en la zona de San Martín.

Corría el siglo XV y, para entonces, el barrio ya estaba en declive, pues la población había ido bajando de la ladera del castillo al llano. También sabemos que el Ayuntamiento se hace con la propiedad en 1593 porque alega que no se tratando con el debido respeto una casa del linaje del Cid. Y estas son las referencias históricas, unidas al monumento, sobre las que se ha basado la leyenda de que en el sola estuvieron las casas de Rodrigo Díaz de Vivar. No se puede demostrar su veracidad pero sí que parece cierto que había alguna conexión de El Cid con la zona.

La tradición oral decía que El Cid fue bautizado en la iglesia de San Martín, explica Monzón. Y que dos de sus sobrinos estaban allí enterrados. También sabemos, apunta, que San Pedro de Cardeña tenía viviendas en la zona a mediados del siglo XIII, así que hay documentación que coincide con la leyenda y que se puede refrendar con hallazgos arqueológicos. Ahora, esas viviendas podrían ser tanto del Campeador como de su linaje, o ser propiedad del monasterio y haber dado cobijo en ellas a las familia de Rodrigo Díaz de Vivar. O no tener vinculación alguna con El Cid, y ser una simple leyenda.

El Solar del Cid ya se ha tapado. PCR

Sea como fuere, Fabiola Monzón afirma que el proyecto es «interesantísimo» porque ha servido para ampliar la información sobre la historia de Burgos, sobre el urbanismo, las construcciones, la vida cotidiana, la evolución de los barrios y hasta la comida. Se han encontrado multitud de piezas, muchas más de las esperadas, y todas ellas muy valiosas. Y se ha descubierto que, allí al menos, no hay presencia de la judería porque no solo no se ha encontrado ningún elemento judío sino que se han localizado restos, como ostras y huesos de cerco, que indican que allí nunca vivió un judío.

Ahora, una vez concluido el proyecto de excavaciones, con las conclusiones ya elaboradas, el Ayuntamiento de Burgos ha cedido volver a tapa la zona. Se trata de proteger el yacimiento mientras se decide si se realiza alguna intervención a mayores para su puesta en valor. Se colocará un cartel explicativo del proyecto y así todo aquel que se acerque al Solar del Cid sabrá por qué se llama así, cuál es la leyenda y cuál es la historia documentada. Si allí residió El Campeador, por el momento, no se puede saber ni confirmar.

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