La «calma tensa» del colectivo LGTBI+ en Burgos

Y la situación en Burgos la detallan los propios implicados del colectivo. «En Burgos, mientras no hagas mucho ruido, no pasa nada. Los más jóvenes, con 16 y 17 años, son supervisibles y seguro que ellos se enfrentan a más agresiones. A mí y a todos los de mi edad nos han llamado maricón por la calle. Igual no ha llegado a una agresión física, pero siempre hay una calma tensa», apunta Alejandro Heras, del colectivo.

Este movimiento, que se constituirá en las próximas semanas, arrancó a la par que la pandemia, cuando dos jóvenes se preguntaron por qué no había ningún colectivo en la ciudad. Se empezaron a mover y un año y medio después tienen su hueco ya en el Espacio Tangente. Sus primeras reuniones derivaron en concentraciones, siempre respetando las medidas sanitarias, y en encuentros rutinarios que alcanzaron la cuarentena de personas. «En el colectivo, ya nos hemos repartidos los cargos diez personas», continúa Heras.

La visibilidad del movimiento llegó a la ciudad con la agresión de Samuel en Galicia. Con ese motivo, el colectivo se concentró en la Plaza Mayor y surgieron testimonios voluntarios sobre situaciones en primera persona que han vivido. «Se creó un buen ambiente de acogida», recuerda.

De ahí, empezaron las primeras ideas, como el futuro contador de agresiones, aunque esa denuncia luego no conste en la memoria de la Policía Nacional. Ahora el siguiente objetivo, es una nueva concentración. En esta ocasión por el Día de la Bisexualidad. «El próximo jueves, 23 de septiembre, nos reuniremos con una campaña para desmitificar mitos de la bixesualidad y dar a conocer personajes importantes bixesuales», describe Alejandro Heras.

Esa será una de sus nuevas actividades para ser el altavoz de la ciudad. «Es verdad que los jóvenes son más visibles. Pero nos gustaría no vivir situaciones como el otro día, donde alguna chica no quería salir en las fotos por si la veían en los medios de comunicación», relatan desde el colectivo.

Un altavoz para evitar también situaciones que vivieron dos burgaleses en 2019 y 2018, años en los que se reflejan los últimos delitos de odio en la capital burgalesa. Todo este movimiento es la primera piedra de un colectivo que verá la luz a finales de este mes o principios de octubre.