Secciones
Servicios
Destacamos
Los socios de Párkinson Burgos tocan con la punta de los dedos su sueño de contar con un centro multiservicios de atención integral, que unifique el trabajo que se realiza en el Centro Graciliano Urbaneja y en el centro de día de Cortes. Las obras están prácticamente concluidas, a falta de unos retoques, tras meses de trabajo intenso, con algún retraso que otro y más de un disgusto para la presidenta, María Jesús Delgado.
Las nuevas instalaciones recogen todos los avances habidos y por haber para ser funcionales y adaptarse plenamente a las necesidades de los usuarios. El gimnasio de 100 metros cuadrados, divisible en dos salas de 50 metros cuadrados cada una, cuenta con unos grandes ventanales que permiten ver buena parte del complejo del Hospital Militar, en el que se ubica este centro de atención psicosocial.
Además, el suelo es de madera para que sea más cómodo y cálido, apunta Delgado, que muestra con orgullo las instalaciones, que se han financiado con los 100.000 euros entregados por el Ayuntamiento. El equipamiento del gimnasio está completo, gracias a donaciones realizadas por patrocinadores como Sportia Gimnasios, y lo mismo ocurre con otras dependencias del centro.
«Se han tenido que hacer muchos cambios sobre la marcha», lo que ha ido retrasando un proyecto que arrancó hace un año, y que también sufrió una paralización entre agosto y septiembre. El último objetivo que se marca ahora Delgado, que no quiere dar más plazos, es haber finalizado las obras para marzo, instalar el equipamiento y trasladarse, para poder hacer una inauguración a finales del próximo mes.
Los usuarios ya están inquietos y preguntan a menudo cuándo van a poder mudarse. También han visitado las obrás en más de una ocasión y algunos de ellos ya han avisado de que organizarán partidas de cartas, en verano, en la terraza exterior del centro. Hay mucha emoción por estrenar unas instalaciones que son fruto de la suma de muchos esfuerzos, recuerda Delgado, pues la asociación llegó a tener que pedir dinero a sus socios al no disponer ni de ayudas ni de créditos bancarios para cubrir las obras y evitar su paralización.
«Hay préstamos que son de lo que se necesita y no de lo que sobra», así que son especialmente valorados por la directiva y, en todos los casos, se devolverán, insiste la presidenta. El proyecto supone una inversión de 450.000 euros, ha contado con ayudas externas, aunque no tantas como hubiera sido deseado. Y que han faltado, sobre todo, grandes patrocinadores, pues los pequeños y medianos sí han respondido y los burgaleses, también.
Actualmente, a Párkinson Burgos le queda por conseguir 80.000 euros, para cubrir todo el coste, y conseguir algún equipamiento pendiente. Se han contado con la ayuda, por ejemplo, de Ferroplás y Silestone para la cocina ode la Fundación Gutiérrez Manrique para la sala multisensorial, pero también de ETT de Miguel, Michelin o FAE. Y los ciudadanos han colaborado con sus «ladrillos», que ahora se pueden ver claramente en el nuevo edificio del Militar.
Cuando se muden, a diario pasarán por las instalaciones 130 usuarios, que se beneficiarán de los servicios integrales del centro: atención psicosocial, fisioterapia, logopedia, actividades multisensoriales, gimnasio... Párkinson Burgos cuenta con 15 trabajadores y, de momento, no habrá ampliación de plantilla, pues su verdadero problema es la falta de espacio y, además, están embarcados en un proceso de reorganización para ser mucho más eficientes.
Eso sí, María Jesús Delgado no descarta que, en el futuro, puedan necesitar más personal, cuando se incremente el número de usuarios. Es algo que esperan, habida cuenta de que en Burgos hay unos 1.700 afectados por parkinson, aunque la asociación únicamente tiene 200 socios. Sin embargo, todas las semanas entra para valoración un par de casos, así que en el futuro es probable que aumentan los usuarios.
El 30% de los afectados están diagnosticar o mal diagnosticados, explica la presidenta y, luego, hay muchos ocultos. Entre ellos, los pacientes más jóvenes, que tratan de luchar contra la enfermedad sin que su entorno laboral y social se entere. Para ellos, y en colaboración con la Fundación Cajacírculo, van a desarrollar terapias específicas.
Delgado pone en valor el trabajo que realiza la asociación, como otras muchas entidades de similares características, ya que prestan una atención psicosocial indispensable, de la que libran al sistema sanitario. Y sin prácticamente ayudas públicas, lamenta, pues parece que más allá del diagnóstico y el tratamiento, la sanidad no asume la atención sociosanitaria que acompaña a la enfermedad.
Así, los socios pagan el 65% de la atención que reciben y, el resto, se cubre con ayudas, sobre todo privadas, y campañas de recogida de fondos. De ahí la implicación de los socios con este Centro Multiservicios de Atención Integral, que contará también con un huerto y un gimnasio urbanos, en los exteriores, y que se ha diseñado con todo el cuidado para evitar que parezca un hospital, un centro de día o una residencia.
Publicidad
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Clara Alba, Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.