El toque de queda se aplicará en toda la región a partir de este fin de semana. Así lo han confirmado el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco y el vicepresidente, Francisco Igea en rueda de prensa. Por tanto, los burgaleses deberán acatar la nueva normativa y no podrán transitar por la vía pública en un horario todavía por determinar.
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Debido a que esta medida resulta aún más restrictiva que la de confinar ciudades, desde el Gobierno regional anuncian que se levantarán los cierres perimetrales de las poblaciones aisladas, como es el caso de Aranda, Miranda y de la capital, Burgos. No obstante, reconocen encontrarse a al espera del Ejecutivo de Sánchez para concretar la normativa para las ciudades de más de 100.000 habitantes, tal y como ha explicado Mañueco en comparecencia pública este viernes.
La prohibición de permanecer en la calle por la noche, implicará la reducción de horarios de apertura de determinados establecimientos y que otros deban cerrar sus puertas más temprano. Se baraja aplicar esta restricción entre las 21 o 22 de la noche y las 6 de la mañana y será de obligado cumplimiento «salvo por circunstancias esenciales como acudir o salir del trabajo, al centro de salud, cuidados familiares, etc».
Desde la Junta advierten de que la región se encuentra en «riesgo extremo» y que esto se traducirá en la reducción de aforos y otras medidas especiales que se concretarán más adelante.
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