Con éxito. La negociación de la Policía Nacional ha dado buen resultado y, al filo de la medianoche, el joven que se había subido a última hora de la tarde del sábado a la estructura metálica de un edificio de la plaza Alonso Martínez ha ... descendido por su propio pie. Lo ha hecho tras una larga negociación, de más de dos horas de duración, en la que Policía Nacional ha contado con el apoyo de los agentes de la Local y de los Bomberos de Burgos.
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Pasadas las nueve de la noche se ha dado la voz de alarma al detectar que un hombre, de origen marroquí, se había encaramado a la estructura metálica instalada en el edificio, ubicado en la esquina de Alonso Martínez como calle Trinidad, que el pasado verano tuvo que desalojarse al detectarse algunas grietas. Amenazaba con tirarse y alternaba momentos de cierta tranquilidad con otros de mucho nerviosismo.
Hasta el lugar se desplazaban efectivos de Policía Nacional, que acordonaban la zona e intentaban contener a los curiosos que se arremolinaron en torno al lugar del suceso. También los Bomberos de Burgos, con una autoescala, que se ponían a disposición del cuerpo policial aunque, finalmente, no se ha requerido de su intervención para conseguir que el joven se bajara del andamio.
Eso sí, gracias a la mediación del jefe del servicio se conseguía entrar en el edificio para que la negociación se pudiese hacer de una forma más cercana, han explicado desde el Parque de Bomberos. Y es que se empezaba a negociar desde la calle, primero con agentes de Policía Nacional y luego con un negociador que llegaba expresamente para la intervención. Sin embargo, se buscaba acercarse al hombre, al mismo tiempo que se ampliaba el cordón policial para alejar a los curisosos.
El joven estuvo moviéndose con soltura por la estructura, incluso bajando un par de veces a la parte inferior. Los agentes le entragaron una botella de agua y, ante la caída de la noche, se puso un abrigo. La situación generó momentos de mucha tensión, con varios amagos de bajar por su propio pie, pero que no llegaron a completarse hasta minutos antes de la medianoche, cuando Policía Nacional consiguió convencerlo, que bajase y llevárselo sin daños.
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Subirse al andamio fue el último de los incidentes protagonizados por el hombre en la jornada del sábado. Hasta en tres ocasiones la policía tuvo que intervenir, ofreciéndole ayuda de Cáritas o los Servicios Sociales, pues daba muestras de tener un problema. Sin embargo, rechazó esa ayuda y, finalmente, se encaramó a la estructura. En momentos estuvo más tranquilo, tomando fotos, pero en otros primó el nerviosismo, los gritos y la amenaza.
Afortunadamente, el suceso se cerró con buena noticia. Eso sí, Policía Nacional tuvo que llamar la atención a más de un espectador, para que dejase trabajar a los agentes. También porque estaban en el lugar, en algunos casos, sin mascarillas ni cumplir con las mediadas de seguridad.
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