gloria díez
Burgos
Martes, 18 de febrero 2020, 19:21
Ante la polémica desatada por la crisis de Aspanias y la salida de 73 empleados de la entidad, el gerente José María Ibáñez, confiesa que internamente están viviendo la situación con un «nivel alto de preocupación». Aunque se muestra esperanzado y reconoce que empiezan «a ... ver más claro el plan de viabilidad» y que este hecho les hace estar «más tranquilos».
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Uno de los problemas que han identificado es un exceso en el número de empleados. Pero, ¿cómo se ha podido llegar a sobredimensionar la plantilla? Según Ibáñez el problema se retrotrae a los primeros años de la fundación «cuando había más recursos» y a épocas más prósperas, en las que «la inversión en lo social era mayor», algo que propiciaba las contrataciones.
José maría ibáñez
La reestructuración de la fundación pasaría por «reubicar» a parte del personal de apoyo contratado y por incluir en el Proyecto Puentes a las personas con discapacidad que se vean forzadas a abandonar su trabajo. En este sentido, Ibáñez insiste en que «estarán presentes» respaldando a estas personas en su nueva etapa para lograr un envejecimiento activo. «A la gente hay que apoyarla para que pueda entrar en estos nuevos espacios, en los centros cívicos, grupos mixtos, centros de actividades, etc.», explica.
Para ello solicitan la implicación de las instituciones y también de la inversión privada, dado que necesitan 3 millones de euros para refinanciarse. El déficit de 900.000 con el que cerraron el año 2019 ha obligado a buscar alternativas para conseguir «números verdes», reducir «la deuda a corto que nos desangra financieramente», «saldar las deudas pendientes con proveedores» y «mantener sus infraestructuras y su actividad». La fundación posee 18 millones de euros en patrimonio, por lo que Ibáñez enfatiza en la solvencia de la entidad y en las opciones de crecimiento que presenta.
Respecto a la relación de Aspanias con los sindicatos, Ibáñez responde sin dudar: «Consideramos una ventaja y una oportunidad que haya pluralidad sindical, no tenemos ninguna duda en reconocer que los sindicatos piensan cada día en la mejora de la empresa y en la mejora de sus compañeros». El diálogo comenzará próximamente, e Ibáñez reconoce: «Nosotros no lo hemos hecho todo bien y nos confesamos humildes, ni tenemos la razón ni la queremos tener, queremos progresar, trabajar para mejorar la vida de las personas y rentabilizar los recursos«. La fecha para el inicio de este diálogo social no se ha concretado todavía, pero Ibáñez se muestra tranquilo y puntualiza que, «con predisposición y actitud», se puede llegar a un entendimiento aunque no será fácil.
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