En los tiempos de la revolución energética, las renovables, especialmente la fotovoltaica, tienen que convertirse en una «gran oportunidad» para Burgos y Castilla y León, como revulsivo económico de futuro. Así lo ha defendido el economista, José Carlos Díez, en el Foro Económico 'Burgos en ... la era de la tecnología digital', organizado con por BURGOSconecta con el patrocinio de Arquia Banca, con la colaboración de Asercomex y Aspasia.
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Díez, palentino de origen, es profesor de macroeconomía y finanzas internacionales, especializado en crisis financieras y también es autor del Blog del economista observador donde analiza la realidad económica con un lenguaje sencillo y entendible. El director de Arquia Banca en Burgos, Víctor Atapuerca ha sido el encargado de dar la bienvenida al acto en el que ha puesto de manifiesto el compromiso de la entidad bancaria con «los empresarios y el desarrollo económico» de la capital burgalesa.
Por su parte, el subdirector de El Norte de Castilla, José Ignacio Foces, ha presentado a Díez como un economista que destaca por su «rigor, imparcialidad e independencia», con una opinión «suficientemente didáctica» para llegar al gran público. Alrededor de un centenar de personas han participado en el edificio Nexo de la Fundación Caja de Burgos, en el Foro Económico, donde Díez ha defendido que en Burgos se dan las condiciones necesarias de «energía barata, suelo barato y buen capital humano y formado» para engancharse a esa tecnología.
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Al respecto, ha precisado que contar con esa forma de producir energía más barata que los competidores europeos, puede atraer la llegada de empresas que apuesten por la deslocalización hacia el sur del continente. De esa manera, la energía podrá generar industria que llegue acompañada de creación de empleo y buenos salarios.
«El mundo transita a lo digital, las fábricas siguen siendo necesarias, pero cada vez necesitan menos manos, generan menos empleos y hay que abrirse a la nueva era», ha insistido el experto, poniendo el acento en que tanto la provincia como la región, no se pueden quedar ancladas en la industria tradicional y de éxito que ha acompañado en las últimas décadas.
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Esa apuesta por la tecnología, según el economista, pasa por poner en marcha acciones como generar una red de alta tensión que pueda dar cabida a la llegada de industrias y abrir la mente para apoyar este tipo de iniciativas que ahora mismo en muchos lugares no son bienvenidas por «movimientos vecinales contrarios». Al respecto, ha advertido que «hay que cambiar esa dinámica» y evitar acciones opuestas que ve incomprensible cuando la zona está ante una «oportunidad histórica» que no se daba desde el siglo XVIII.
Díez ve necesario que la provincia y toda la comunidad de Castilla y León se adapte a los nuevos tiempos y huya del «desfase tecnológico» en el que se encuentra y «se suba a la ola» tecnológica, ya que «tiene potencial para engancharse» a esa oportunidad. Al respecto, el economista ha anunciado que «o cambiamos o esto se va a complicar», aludiendo a que «faltan empresarios con visión tecnológica para la nueva era». Por ello, se ha mostrado preocupado, al considerar que la sociedad «no es consciente de que viene un meteorito y la gente está tranquila».
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Otro de las fortalezas de Burgos y la región, para Díez, se sitúa en el mundo del campo donde «nos va bien», sin olvidar la necesidad de adaptarse a las nuevas situaciones como el cambio climático y aprender a incluir el marketing y la era digital para completar una fórmula de éxito de cara al futuro». En lo que se refiera a la despoblación, el experto sitúa el nacimiento de ese problema en los años 60, aludiendo a que la crisis actual se centra en el decrecimiento vegetativo.
En el plano nacional, el economista ha considerado que, en estos momentos, España está mejor que Europa, ya que, a su entender, la situación está «razonablemente bien, pero asimétrica». Ha enmarcado este problema en que Madrid poses y de cada dos rentas anuales de más de 60.000 euros y uno de cada cuatro empleos que se generan, el 25% por ciento del total, se sitúan en la capital española. Madrid y varias capitales de provincia entre las que están Barcelona, Sevilla, Murcia, focalizan los buenos datos económicos frente al resto «que no le va bien».
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