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Un año más y vamos ya por la edición vigésimo primera. Bajo la cubierta de la antigua iglesia del Monasterio de San Juan, la Casa de Europa ha celebrado el acto central de la programación organizada para conmemorar el Día de Europa, que se conmemoró ... el pasado 9 de mayo. En esta ocasión, se ha invitado a Letonia, país que en noviembre festejará los cien años de independencia de Rusia.
La embajadora letona, Argita Daudze, ha estado presente en el acto institucional, en el que se ha recordato también que el país báltico no entró en la Unión Europea hasta 2004 (y en la Eurozona en 2014). Una Europa que está atravesando por momentos complicados, ha afirmado el presidente de la Casa de Europa en Burgos, José Sagredo, quien ha aprovechado la ocasión para reflexionar precisamente sobre la realidad actual de la Unión.
Sagredo ha mostrado su preocupación por la falta de libertad que los estados miembros tienen a la hora de aplicar su legislación, y «el derecho a juzgar a nuestros propios delincuentes». Las palabras del presidente se han centrado en la cuestión catalana y en las decisiones controvertidas de algunos países de la Unión Europea ante la huída de Carles Puigdemont, que «han puesto en tela de juicio la democracia española».
Por ese motivo, José Sagredo ha reivindicado el espíritu original de la Unión Europa, una comunidad de libertad y diversidad, que ha traído paz y prosperidad a sus estados miembros, y ha abierto horizontes. Tras el discurso del presidente de la Casa de Europa, se ha procedido al izado de las banderas de Burgos, capital y provincia, Castilla y León, España y Europa, y se han entonado el Himno de la Alegría.
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