A apenas unos días de vivir unas elecciones que se antojan decisivas para el futuro del país y también para cada una de las formaciones que toman parte en la elecciones generales, Vox estrena sede en la céntrica calle de la Paloma en Burgos.
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José María Marco, candidato al Senado por Vox, ha destado que están «viviendo una campaña electoral que está siendo de crecimiento para el partido, la prueba es lo que estamos haciendo, inaugurar una sede». Y cree saber la respuesta a por qué se está produciendo dicho crecimiento. «Vox ha recuperado una sensación de ilusión que se está convirtiendo en una realidad, por ello se sienten comprometidos, se sienten protagonistas», ha explicado.
Bertrand Ndongo, afiliado de Vox, se ha manifestado en la misma línea que Marco. «No somos un partido político, somos una familia, un movimiento de ilusión, y fruto de esta ilusión nace esta sede». Según las palabras de Ndongo, la formación presidida por Abascal cuenta ya con más de 300 afiliados en Burgos. «Muchos jóvenes han visto algo en Vox», ha continuado explicando, que en su opinión, está calando en este grupo de la población porque «Vox es un cambio brusco y drástico para la gente que ha tenido miedo a sacar su bandera, por eso ahora suge como un volcán, les dan ganas de volver a querer a su país sin que les llamen fachas». Para concluir, ha vaticinado que «el domingo será una sorpresa que nadie espera y habrá infartos. A día de hoy pienso que vamos a ganar las elecciones, al principio creía que seríamos terceros pero vamos a ser la fuerza más más votada en España».
Entre el gentío que quiso estar presente en la inauguración descataba Iñaki Sicilia, presidente del UBU Colina Clinic y candidato de Vox a las Cortes regionales, quien ha querido salir al paso de la petición de dimisión efectuada por el PSOE. «El PSOE y Daniel de la Rosa pueden pedir lo que quieran, están en su derecho, como yo estoy en el mío de representar unas siglas que nada tienen que ver con el rugby, nunca he mezclado el rugby con la política, ni lo voy a hacer nunca», ha explicado. Por el momento se siente respaldado con su decisión en el entorno del club. «Los únicos que pueden decidir si me voy o no es la Junta Directiva, el lunes tuve una reunión y me mostraron su apoyo, siempre hemos diferenciado nuestra ideología política de nuestro amor por un deporte». «El día que tenga un cargo y no pueda compatibilizar mi trabajo, tomaremos la decisión». No es una decisión tomada a la ligera, «llevaba un tiempo sopesándolo, primero como simpatizante, despuñes como afiliado y me siento cómodo en este proyecto, aunque me imaginaba que al rival político le iba a molestar e iba a intentar sacar rédito político. Pero yo voy a trabajar por Burgos y por España y lo demás, ya vendrá».
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