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Las calles de la capital burgalesa han podido sentir la indignación de la hostelería este jueves. Desde la Real y Antigua de Gamonal y hasta la plaza Mayor de Burgos hosteleros, distribuidores y otras personas con empleos vinculados a este sector han dejado escuchar sus ... gritos. «No somos culpables, somos víctimas», «queremos trabajar», «la hostelería no es culpable, ayudas ya» han sido algunos de los lemas que han salido con furia y decepción de sus gargantas.
Esos utensilios de trabajo que permanecen con poco uso o sin uso desde el 6 de noviembre han servido para generar ruido en la protesta. Igualmente, una veintena de taxis y otros tantos camiones y furgonetas de reparto se han sumado a la manifestación y han hecho sonar sus bocinas. Antes de llegar a la plaza Mayor, el millar de personas que han formado parte de esta 'comitiva' ha pasado por el edificio de la Subdelegación del Gobierno. En ese punto se ha podido escuchar el grito «Manos arriba, esto es un atraco». Pero también, durante todo el recorrido, ha habido gritos contra el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco: «¡Mañueco, vendido!».
Desde el pasado día 6 de noviembre la hostelería permanece cerrada en Castilla y León. Esta es una de las medidas adoptadas por la Junta para intentar frenar el avance de la pandemia de la covid-19. Solo pueden servir para llevar y sin que los clientes accedan al local. Los hosteleros tienen claro lo que demandan, «lo que queremos es seguir trabajando».
A los empresarios de hostelería, camareros y otros trabajadores de este sector se han sumado los distribuidores, «de la hostelería, directa o indirectamente, vivimos muchas personas y esto es una cadena que lastra cientos de puestos de trabajo en Burgos», señalaba un distribuidor presente en la protesta.
Desde la Federación de Empresarios de Hostelería de Burgos se señala que mantienen sus solicitudes como son la concesión al cien por cien de los ERTE, aprobación de ayudas a fondo perdido para el sector, la cancelación del Impuesto de Actividades Económicas, la paralización de los créditos relacionados con la actividad, la exoneración total de los seguros sociales de los trabajadores y, por último, la normalización y equiparación de horarios a nivel nacional.
Los hosteleros reconocen que se sienten criminalizados. Entienden este cierre como una acusación de la extensión de la pandemia en la comunidad y en la provincia de Burgos. Señalan que esto no es así, que han tomado medidas de seguridad y sanitarias y que nada demuestra que los rebrotes hayan surgido en la hostelería.
La Federación de Comercio de Burgos también se ha unido a la manifestación convocada por la Federación de Empresarios de Hostelería de Burgos como gesto de apoyo a este sector y en protesta por las decisiones adoptadas desde las administraciones públicas en esta crisis sanitaria.
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