El turismo cierra la Semana Santa en Burgos con cifras de ocupación previas a la pandemia

Así lo reconocen los diferentes portavoces del sector, que hablan de una conjunción de factores. «Este año se han alineado todos los astros. Hemos tenido un tiempo casi veraniego y la gente tenía muchísimas ganas de salir», lo que se ha traducido en una gran ocupación hotelera, tanto en la capital como en la provincia, y un gran movimiento en bares y restaurantes, explica Fernando de la Varga, presidente de la Federación Provincial de Hostelería.

Los datos son contundentes. Según puntualiza Luis Mata, portavoz de los establecimientos hoteleros, durante los últimos nueve días se ha rondado una ocupación media «de entre el 75% y el 80%» en Burgos. Y eso a pesar de que la situación «cojeó un poco hasta el martes por el mal tiempo». A partir de ahí, no obstante, durante los tres días centrales (jueves, viernes y sábado), los hoteles han registrado llenos prácticamente totales, con una ocupación media superior al 95%.

A mayores, también ha ayudado el hecho de que el lunes aún fuera festivo en comunidades como Navarra, La Rioja y, sobre todo País Vasco, uno de los grandes caladeros de turistas para el sector en Burgos. Esa circunstancia ha permitido que el puente se alargara hasta la noche del domingo, con ocupación «de alrededor del 85%», según Mata.

Se trata, en todo caso, de resultados más o menos «esperados» a la vista de cómo evolucionaron las reservas. Y es que, a diferencia de otros años, en esta ocasión se cerraron las reservas «con mucho tiempo». Eso, obviamente, aporta una mayor «tranquilidad» a los responsables de los hoteles, que durante la pasada navidad tuvieron que hacer frente a cancelaciones masivas a causa de la sexta ola de la covid-19.

Además, tanto Mata como De la Varga destacan una cuestión que se antoja fundamental. Y es que, a lo largo de toda la Semana Santa se ha observado un significativo repunte del turismo extranjero, que durante los dos últimos años ha estado prácticamente desaparecido. El Camino de Santiago vuelve a ser un elemento atractor en este sentido.

También en el resto de la provincia se han obtenido buenos resultados. Así, los alojamientos rurales han cerrado un puente como no se recordaba desde hacía tiempo, con ocupaciones de en torno al 95%, según los datos aportados por Domingo Hernández, portavoz de Turalbur, que ratifica que se han cumplido los pronósticos y se ha recuperado el impulso perdido durante la pandemia.

En este caso, también las reservas se habían cerrado con más tiempo que en otras ocasiones, dando respuesta quizá a una demanda retenida. Básicamente, mucha gente ha recuperado este puente las estancias y viajes que tuvo que dejar en suspenso meses atrás. Además, el buen tiempo ha permitido a los responsables de los alojamientos reducir el consumo de calefacción durante estos días, lo que «sin duda ha ayudado», ya que buena parte de los establecimientos tienen calderas de gasoil, explica Hernández. «Si llega a hacer mal tiempo, el gasto se hubiera disparado», añade.

Sea como fuere, el sector aún tiene que echar cuentas. Sí, se han recuperado las cifras de visitantes, pero a falta de hacer un análisis pormenorizado, la sensación es que «se ha gastado menos», según De la Varga. Tanto él como Mata y Hernández coinciden en reconocer que el ocio es lo primero en lo que recortan las familias cuando vienen curvas. Y todo hace indicar que, efectivamente, en los próximos meses vendrán unas cuantas. La inflación, la guerra en Ucrania, los rebrotes y confinamientos en China y todo lo vivido en los dos últimos años obliga a mirar el futuro con esperanza, pero también con cautela e incertidumbre.

De momento, la próxima gran cita para el sector es el 1 de mayo, ya que el 23 de abril no es una festividad especialmente reseñable en este aspecto. Y las sensaciones de momento son contenidas. Sí, ya han comenzado a cerrarse reservas, pero el nivel de ocupación es ahora mismo de alrededor de un 30% y la cosa va con calma, señala Mata. Veremos.

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