Aumentan las actuaciones del grupo de Estupefacientes en puntos negros de Burgos

Del Barco asegura que Burgos no es diferente al resto de ciudades de España con similares características en cuanto al consumo y tráfico de drogas, «no hay ni un gran consumo ni un gran tráfico». Pero sí tiene algo de particular, «está estratégicamente situada entre Madrid y el norte de España, es una vía rápida para el paso de droga de unos puntos a otros de España e, incluso, hacia otros países».

Lo que se detecta en la ciudad es que hay tráfico de estupefacientes para distribuirlo, sobre todo, a otras partes de España. El Grupo de Estupefacientes se encarga de detectar estas operaciones, pero, sobre todo, en Burgos se están realizando muchas actuaciones contra el menudeo y contra los puntos negros de tráfico de drogas. «Se están desactivando muchos en Burgos y también hemos tenido la suerte de participar, junto a la Guardia Civil y junto a la comisaría general de Policía Judicial de Madrid, incluso junto a la DEA, en operaciones de más calado», confirma Del Barco. Esto es así porque se detectó que Burgos estaba siendo un sitio estratégico donde se almacenaba droga para repartir.

Del Barco confirma que lo que «más alarma a la gente» son los puntos negros. Esos domicilios donde hay mucho tráfico de gente que sube y baja. «Se detectan por la información que nos llega, suele ser anónima, a través de las redes sociales, correos electrónicos anónimos, llamadas y también por los policías que están en la calle. Tenemos así conocimiento de que en determinados puntos hay más trasiego de gente y nos ponemos a ver qué ocurre. Hay veces que se está cometiendo otro delito o que no ocurre nada. Pero nos toca a nosotros, a partir de ese momento empezar a investigar», explica el inspector jefe de la Brigada Judicial.

Del Barco asegura que en Burgos «no hay barrios en los que se concentren más los puntos negros de tráfico de droga, las informaciones nos llegan de cualquier parte de la ciudad». Pero sí es cierto que en el centro de Burgos hay menos, «es más difícil por el trasiego de gente, porque hay más vigilancia porque ahí hay más gente».

Aunque, según Del Barco, estas zonas donde hay domicilios de venta de droga no necesariamente son zonas más conflictivas, sí se detecta es cierta delincuencia urbana. «Hay algunos robos en el interior de vehículos muy burdos, seguramente para intentar conseguir algo de dinero para droga, o en algún establecimiento comercial. Pero no es que hayan repuntado especialmente», confirma.

Estos robos suelen ser bastante zafios, se diferencian mucho de la delincuencia itinerante o crimen organizado que llega de Madrid y se nota más especialización. «Sabemos que los primeros, esos de robos menores y burdos, no abandonan Burgos. Las patrullas de Seguridad Ciudadana los ven por las calles, por la noche, pero hay que pillarlos in fraganti», explica Del Barco.

Porque en el desmantelamiento de puntos negros, la investigación hay que documentarla, hay que tomar grabaciones, fotografías, ser discreto. «Documentamos que se dedican a eso en un coche, en un domicilio o en la vía pública. Estos documentos luego van a los organismos judiciales y hay que probarlo porque es el juez el que nos dice si hay detención, entrada y registro. Para eso tiene que haber unas pruebas fuertes», desvela el inspector jefe.

Del Barco confirma que en Burgos no existen grandes narcotraficantes. La droga suele llegar a la ciudad a través de medianos traficantes que luego la reparten por escalones. «Desde la operación Game Over no tenemos constancia de grandes narcotraficantes», asegura.

En esta operación, que este agente recuerda como una de las de mayores dimensiones a las que se han enfrentado, se incautaron 400 kilos de hachís, 53 de cocaína y speed. Unas cantidades mucho mayores que las incautadas hasta entonces en Burgos. Se necesitaron unos ocho años para poder detener a este narcotraficante. Había llegado a contactar con el famoso clan gallego de los Charlines.

Al margen de estas grandes operaciones, se siguen desmantelando otras redes de tráfico de estupefacientes de menor dimensión. Pero se sigue incautando heroína, cocaína, marihuana, hachís o speed. «Estas actuaciones no tienen tanta repercusión como las grandes operaciones, pero desactivan puntos negros que enturbian la convivencia», matiza Del Barco. Así, el número de efectivos de esta unidad de estupefacientes, también se ha reforzado como el de delitos tecnológicos.

Los delitos por tráfico de drogas no han aumentado en Burgos, pero la última operación que se realizó fue contra un traficante a pequeña escala que se dedicaba, y al que se intervino, cocaína en base, es decir, crack. «No es que haya un repunte del crack, pero sí ha sorprendido y ha generado un poco de alarma porque se trata de una sustancia más adictiva, peligrosa. Suena a película, a tiempos pasados. Pero en Burgos ha sido una operación puntual y, afortunadamente, con buen resultado», confirma el inspector jefe.