José Quintanilla y María Eulalia de Yarto con seis de sus hijos. Gabriel de la Iglesia

Grandes familias con apoyos pequeños

Afanburgos reclama más ayudas públicas y que se reconozca la conciliación familiar para los padres con muchos hijos

César Ceinos

Burgos

Lunes, 29 de octubre 2018, 08:12

En la casa de José Quintanilla y María Eulalia de Yarto se beben todos los días cinco litros de leche y una ración normal de filetes alcanza el kilo y medio. En una España en la que cada vez hay menos niños y en un ... Burgos cada vez más envejecido, la escena tiene visos de parecer de ciencia-ficción, pero es real, muy real. La familia de Quintanilla y de De Yarto está compuesta por once personas, ellos dos y nueve hijos (seis chicos y tres chicas): Clara, María, Juan, Antonio, Marcos, Alejandro, Nacho, Rocío y Lucía.

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Como se puede comprobar, en este clan todo es a lo grande. José reconoce que las alegrías se multiplican por nueve, pero también las dificultades. No es lo mismo acicalarse a la vez dos personas que siete e ir todos juntos a un lugar en concreto es siempre una tarea complicada. No obstante, prefiere quedarse con lo positivo y luchar para que las familias numerosas tengan mejores ayudas y mayores reconocimientos. Desde hace cuatro años preside la Asociación de familias numerosas de Burgos (Afanburgos), un colectivo que representa a unas 350 familias y a 2.000 personas entre padres e hijos.

Según la última estadística del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, Burgos cuenta con 5.818 familias numerosas con el carnet correspondiente en vigor. En términos generales, una familia tiene la categoría de 'numerosa de carácter general' cuando tienen al menos tres hijos y es 'numerosa de carácter especial' si los descendientes son cinco o más. No obstante, la Ley también reconoce este derecho a familias que, sin llegar a la cifra de niños requerida, reúnen ciertos requisitos, como que formen parte de ella personas con discapacidad o que haya fallecido alguno de los progenitores.

Los datos confirman que las grandes familias se están reduciendo. En 2017 había en la provincia 32 familias con ocho o más hijos, 20 con siete hijos, 26 con seis y 117 con cinco. Ahora solo 17 alcanzan o superan la cifra de ocho vástagos, 8 la de siete, 29 la de seis y 97 la de cinco. José, que exprime su sueldo de conserje hasta el máximo para sacar adelante a su familia (actualmente solo residen en le domicilio familiar ocho de sus hijos), entiende que haya gente que no quiera tener hijos. «Es normal que mucha gente se plantee no tener descendencia porque hay empresas que no contratan a madres», comenta.

Ayudas al comedor escolar en colegios concertados

Por ello, una de las reclamaciones más habituales de Afanburgos es que la conciliación laboral sea real. «Debería gratificarse a las madres para que pudiesen elegir si quieren tener hijos o no», asegura Quintanilla, que considera que las administraciones públicas cuidan poco al colectivo que representa a orillas del Arlanzón, «cuando colaboramos pagando más impuestos porque somos más y consumimos más». De hecho, para gastar menos, el presidente de Afanburgos reconoce que aprovecha cualquier ganga en el supermercado, que sus hijos reutilizan ropa que anteriormente perteneció a un hermano mayor, que les han regalado ropa y que busca la oferta más económica por Internet. Además, siempre tiene el apoyo de la abuela de los hijos.

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La lista de peticiones no es corta. Quintanilla explica que le gustaría que se habilitaran ayudas para los comedores escolares en colegios concertados -califica el hecho que no haya como «patada al artículo 14 de la Constitución»- y para comprar material escolar así como apoyo para el alquiler o compra de viviendas. Recientemente salió publicado en la prensa que casi la mitad de las familias numerosas llegan justas a final de mes y estas medidas podrían contribuir a que la economía de estas familias sea más positiva.

«Actualmente hay una ayuda por hijo a cargo que en comparación con otros países es ridícula», sostiene el presidente de Afanburgos, quien pide que las familias numerosas sean reconocidas como bien social. «Los apoyos son mínimos», reitera Quintanilla, en especial en el mundo rural, donde no existen ciertas ayudas. En este caso, el Ayuntamiento de Burgos, según la información que aporta el máximo responsable de la asociación, bonifica los Servicios Sociales, las piscinas, el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), el servicio de recogida de basuras y el autobús urbano. No obstante, pide que sea mayor y que llegue a todos los municipios.

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Pese a todas las adversidades, Quintanilla asegura «que es más fácil cuidar nueve hijos que pensarlo. Recibes mucho cariño y por cada disgusto te dan cien alegrías». Declara que le han llegado a mirar raro «por ir a contracorriente» y que no son pocas las personas que le preguntan cómo saca adelante a la familia. «Siempre respondo que con mucho orden. Se ayudan unos a otros y también tenemos el apoyo de una sobrina», agrega. Toda colaboración es positiva en un casa en la que se pueden juntar, solo contando a hijos y a padres, once personas. En Castilla y León hay seis municipios con menos vecinos empadronados. El burgalés Jaramillo Quemado, con siete, es uno de ellos.

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