La Fiesta de las Flores de Burgos se vuelve a suspender por la covid-19

«Necesita un tiempo de preparación y certidumbre», explica la presidenta de Flojabur, Sefa Tur. Y ahora no existe esa certidumbre. No se sabe cómo vamos a estar dentro de un mes, por ejemplo, y así no hay margen de maniobra para organizar el evento. De este modo, habrá que esperar a 2022 para disfrutar de una Fiesta de las Flores tal como la conocemos, con sus expositores, edificios engalanados y actividades festivas. «Esperamos que sea así», insiste la presidenta.

En lo que sí están trabajando es en el Concurso del Mejor Artesano Florista, que está convocado inicialmente para finales de septiembre (del 26 de septiembre al 3 de octubre). Se tenía que haber celebrado el pasado año, de la mano de Interflora, pero se ha aplazado para este 2021. Es un concurso de ámbito internacional, recuerda Sefa Tur, y muy relevante para el colectivo.

Además, los floristas de Burgos tienen otras ideas en mente. Están preparándose para participar en el VIII Centenario de la Catedral de Burgos y ya trabajan con el Ayuntamiento para poder celebrar tradicional feria de Navidad, en lugar de en el Palacio de Castilfalé, en el Monasterio de San Juan. Todo ello siempre condicionado por la pandemia, insiste Sefa Tur, para quien estos tres eventos serín «un sueño extraordinario» para los floristas.

Si los planes salieran como se prevén, el colectivo tendría actividad en verano, con el Centanario. Luego en otoño, con el concurso internacional, y la Navidad será el broche a un año complicado. Es «muy frustrante» organizar una actividad, darla a conocer, que la gente se ilusione y, luego, tener que suspenderla, admite Sefa Tur. Por eso van con pies de plomo a la hora de anunciar sus proyectos.

La esperanza es avanzar en la inmunidad para ir retomando la vida en su normalidad, pues el colectivo de floristas lo está pasando mal, y este 2021 no están notando ninguna recuperación. Sefa Tur recuerda que los eventos, las celebraciones, los congresos... está todo paralizado. También bodas, bautizos o comuniones, que se han pospuesto o se celebran de una manera mucho más íntima.

Hasta el último momento no saben si un evento, una celebración se va a realizar porque todo queda pendiente de que impongan nuevas restricciones, que limiten aforos, reuniones o, como ahora, la actividad de la hostelería. Los floristas van «sobreviviendo» y deseando poder organizar actividades que atraigan visitantes y pongan a Burgos en el lugar que le corresponde tras la pandemia.