«Ni está ni se le espera». Con esta claridad ha respondido el portavoz de la patronal de los hoteles de Burgos, Luis Mata, a la pregunta sobre las previsiones de turismo en la capital burgalesa para los días en torno al festivo de Todos ... Los Santos.
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Las expectativas son «bajas» para la semana que viene y Mata expone que el conjunto hotelero afronta tanto ese día como los contiguos «sin apenas reservas». «Hace dos semanas no teníamos casi ninguna», indica sobre una situación de la que no se prevé mejoría en las jornadas que restan.
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Para el portavoz de la patronal de los hoteles, las razonas son dos y resultan evidentes: la fecha y el clima. «El hecho de que caiga entre semana no acompaña al sector turístico y la previsión de lluvías y mal tiempo provoca que no haya lugar a que la gente salga», afirma.
«Si hubiese caído cerca del fin de semana, el puente podría haber mejorado las expectativos, pero no ahora mismo no hay nada», añade sobre un festivo que no suele tener gran afluencia de turistas pero sí «es una fecha que va a más cuando el calendario acompaña».
Con Todos los Santos en miércoles no hay puente, y sin él, tampoco turistas. Pero además de la consecuencia principal, Mata señala que este festivo en diario tiene otra repercusión indirecta sobre la ocupación hotelera: la ausencia de clientes por motivos laborales. «Este año se ha juntado una tormenta perfecta para este día. Si no hubiese festivo al menos tendríamos un poco más de reservas del ámbito empresarial», lamenta.
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Por otro lado, el portavoz de la patronal de los hoteles de Burgos apunta a un factor estructural que se hace notar cada vez más en el turismo. El encarecimiento de los costes de vida está provocando un retroceso generalizado del viajero nacional que, hasta ahora, se ha ido paliando con caídas leves gracias al despegue del internacional.
«Todas las subidas, com la de la cesta de la compra, la del carburante o la de las hipotecas afectan al turismo porque la gente tiene menos dinero para irse de viaje», sentencia.
Estas malas previsiones chocan radiclamente con la situación del pasado año, donde el puente largo (el 1 de noviembre cayó martes en 2022) y una transición a la normalidad tras la pandemia prácticamente completada se unieron con las buenas predicciones meteorológicas.
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Entonces, los hoteles de Burgos gozaron de una alta ocupación por el festivo Todos los Santos, incluso con algunos llenos previstos el sábado 29, y una ocupación en torno al 75% en las noches del viernes 28 y el domingo 30 y por encima del 60% el lunes 31.
Por aquellas fechas, Mata destacaba que estos festivos entre temporadas solían funcionar en destinos de interior como Burgos, rendimiento que la fecha y el clima aguarán este 2023 en la capital burgalesa.
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