Un febrero frío deja en Burgos la temperatura media más baja de los últimos cinco años

A la espera de los datos definitivos de la AEMET, podemos decir que la media de febrero se va a quedar en torno a los 3,5 grados. El dato está por debajo de lo que suele ser habitual, 4,1 grados, y también de lo que se ha venido registrando en años anteriores. De hecho, muy por debajo. En 2021 y 2020, la media superó los 7 grados, y en 2022 y 2019 se quedó en 5 y 5,7, respectivamente.

Hay que irse hasta el 2018 para ver una media más baja, 2,1 grados. A esta caída de las temperaturas han contribuido jornadas especialmente frías en Burgos capital. Ha habido tres días con medias en negativo, el más destacado el 7 de febrero con 1,6 bajo cero. También seis en los que no se ha pasado de los dos grados. Y mínimas muy bajas, de hecho, las más bajas del año.

Así, el 11 de febrero el mercurio cayó hasta los 8 grados negativos, y los días previos y posteriores anduvo cerca, con 7,8 y 7,9 negativos. Además, ha habido jornadas de 6,3 bajo cero, el 7 de febrero. Y días con máximas muy bajitas, como el 27, cuando los termómetros no pasaron de los 1,4 grados; o el 24, en el que se quedaron en 2,7 grados.

En el extremo contrario tenemos los días calurosos de los Carnavales. La máxima fueron los 17,3 grados del 20 de febrero, tras dos jornadas de temperaturas de 16,5 grados. Esta circunstancia hizo que en la madrugada del 21 de febrero se registrase la mínima más alta, 2,6 grados. Y, a partir de entonces, volvieron los temporales, con frío y nieve.

Ha sido la nieve de las últimas jornadas la que ha hecho que remonten un poco las precipitaciones en Burgos. Mientras que en enero se acumularon 50 litros por metro cuadrado, durante este febrero se han recogido poco más de 20 litros, lejos de los 35 que suelen ser habituales para el mes. Eso sí, no es la cifra más baja de los últimos años, en los que ha predominado la sequía.

Así, el pasado 2022 se recogieron unos escasos 11 litros, que cayeron a los 7 en 2019 o los 8 en 2020. Mientras, en 2021 y 2018 se superaron los 80 litros por metro cuadrado. La buena noticia es que, entre los registros de enero y los de febrero, el año va mucho mejor que el pasado 2022, un ejercicio especialmente seco en Burgos.