Un estudio de Burgos diseñará la rehabilitación del Asador Aranda

La rehabilitación del Asador Aranda ha dado un paso más. En el tercer intento de reconvertir este espacio en un lugar dedicado a la cultura y la gastronomía, el Ayuntamiento de Burgos ya ha adjudicado la redacción del proyecto de reforma del inmueble.

Este lugar se sitúa en la Llana de Afuera, número 16. Anteriormente se intentó restaurar en 2014 y 2017, pero ambas propuestas fracasaron. «Queremos que sea un referente y se le saque provecho de cara al público», señalaba el concejal de Urbanismo, Carlos Niño, en octubre de 2024.

Era entonces cuando se publicaba en la Plataforma de Contratación del Estado la licitación para redactar este proyecto, que finalmente será diseñado por un estudio de arquitectura de Burgos. Además, el coste será un 24,6% inferior al propuesto por el Ayuntamiento hacía tres meses.

En un principio, el Consistorio burgalés estimaba que el contrato valiera un máximo de 72.968,74 euros (88.292,18 euros con impuestos). Sin embargo, al concurso para conseguir este contrato se presentaron cuatro empresas (dos madrileñas y una burgalesa) y ha sido elegida una local que lo ejecutará por 55.000 euros (66.550 con impuestos).

Se trata de la empresa Barrio y Cameno Arquitectos, S.L., con sede en la capital burgalesa. Esta compañía recibió la máxima puntuación en el concurso publicado por el Ayuntamiento de Burgos. Fue el estudio con más puntos en la oferta económica, equipo y cualificación, diseño conceptual y compositivo, grado de pormenorización de la propuesta, plan de calidad, programa de trabajos, relación del entorno urbano y adaptación a las condiciones del ámbito de actuación.

Ahora, la empresa Barrio y Cameno S.L. cuenta con 30 meses para redactar el proyecto de rehabilitación del Asador Aranda de Burgos. Tendrán que diseñar la conversión del inmueble en un «centro enogastronómico» y «HUB turístico» para atraer turistas interesados en la gastronomía de la ciudad y la provincia.

Para ello, el Ayuntamiento de Burgos ya estipuló en octubre que el sótano del inmueble se dedicaría a almacén, mientras que la planta baja se destinaría a uso didáctico. Además, el antiguo Asador Aranda, adquirido por el Consistorio en 1970, deberá tener una zona de degustaciones y cata en la primera planta.

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