La Policía Nacional de Burgos ha detenido a un ladrón de bicicletas de la ciudad que ya había sustraído más de diez de estos vehículos. La investigación se centraba en la sustracción de once bicicletas de varios trasteros anexos a los garajes de dos edificios de Burgos.
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Finalmente, la Policía ha detenido a un hombre que ha pasado ya a disposición judicial, un varón de mediana edad con varios antecedentes policiales relacionados con delitos contra la propiedad.
Los robos de bicicletas suelen ocurrir en las ciudades, pero en Burgos, en el mes de abril, se recuperaron dos bicicletas antiguas robadas también en un garaje.
La mencionada detención se produjo el 13 de diciembre, cuando era localizado en la vía pública por una dotación uniformada de la Policía Nacional. Con carácter previo, los investigadores habían difundido una Orden de Detención Policial vinculada a los delitos y hechos descritos.
En los pasados abril y mayo del año, en días muy próximos entre sí, la Comisaría de la Avenida de Castilla y León tramitaba un total de 9 denuncias por robos de bicicletas.
Las particulares características de comisión de estas sustracciones determinaron que la Policía Nacional las investigara de manera agrupada y simultánea.
Principalmente por tres motivos: la cercanía temporal de los delitos; el objeto de la sustracción, siempre y solamente bicicletas, y el lugar de comisión de los robos, en todos los casos trasteros ubicados en el interior de garajes de acceso comunitario.
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El detenido cometió, presuntamente, los hechos de la siguiente manera: entraba de noche y a bordo de su vehículo en los dos garajes comunitarios atacados (no muy alejados entre sí). Seguidamente forzaba la cerradura de las puertas de los trasteros (en ocasiones se llevó las bicicletas atadas con candados a las columnas del garaje). Y. por último, introducía las bicis en el maletero del coche y huía.
En el atestado policial figuran sustraídas tanto bicicletas infantiles, como de montaña, y también de paseo. El valor de las mismas, según las personas afectadas, oscila entre unos 200 euros (la más económica) y 1.000 euros (la más cara).
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Gracias a las pesquisas policiales se han intervenido y recuperado tres, localizadas a la venta como artículos de segunda mano, y han sido devueltas a sus legítimos dueños.
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