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El hombre detenido el pasado fin de semana en Burgos como autor de un delito de tenencia ilícita de explosivos y tráfico de drogas almacenaba más de 60 kilos de materiales destinados a la fabricación de artefactos, así como más de 25 kilos de ... speed, entre otras sustancias.
Sin embargo, la Guardia Civil considera que el hombre, un varón de 31 años vecino de la ciudad, no tiene un perfil terrorista, sino que era un «fanático de los explosivos y la pirotecnia» que, a mayores, se había iniciado en el tráfico de drogas.
Así lo han explicado hoy el delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen, el jefe de la Comandancia de Burgos, Alfonso Martín, y el capitán Alejandro Hernández, quienes han dado cuenta de una operación de vital «importancia» y complejidad para el cuerpo, que culminó con la detención del sospechoso, quien ayer fue ingresado en prisión provisional sin fianza.
Según han relatado, la investigación arrancó en septiembre del año pasado, cuando el equipo dedicado al control de armas y explosivos de la Guardia Civil tenía conocimiento de la presencia de un individuo que había intentado adquirir en algunos establecimientos diferentes precursores de explosivos, esto es, sustancias que pueden ser usadas como ingredientes en la fabricación de artefactos.
A partir de ese momento, la Guardia Civil identificó al sujeto y comenzó una vigilancia de su actividad que permitió durante las siguientes semanas comprobar varios supuestos. Así, los agentes certificaron que el hombre recibía con cierta periodicidad paquetes del extranjero, posiblemente de precursores cuya venta es ilegal en España.
También comprobaron los agentes que el individuo realizaba actividades presumiblemente ilegales en una lonja ubicada en el interior de un garaje comunitario en la plaza de San Bruno, donde el pasado sábado se desplegó el operativo policial.
En aquel momento, la Guardia Civil sospechaba ya que el hombre, con varios antecedentes, y que había trabajado en varias empresas de pirotécnica, podría estar almacenando y manipulando sustancias explosivas. La duda era cómo y, sobre todo, para qué.
Esa última pregunta fue resolviéndose poco a poco, ya que la investigación realizada sobre el hombre ha determinado que no tiene vínculos con ninguna organización terrorista. Al parecer, simplemente era un «fanático» de los explosivos y la pirotecnia.
Esa es la hipótesis que manejan los investigadores, que han comprobado que el detenido mantenía contacto con otros fanáticos con perfiles similares en España.
Con todo, y tras recibir un exhaustivo informe de los Tedax que alertaba del peligro potencial que suponía el almacenamiento y manipulación de las sustancias en un local sin las debidas medidas de seguridad obligó a la Guardia Civil a «agilizar» la operación, que culminó el pasado fin de semana.
Así, el viernes, y tras conocer que el sujeto viajaba a Madrid, un operativo especial le itnerceptó en Lerma. En ese mismo momento, los agentes incautaron hasta 25 kilos de speed en el coche y procedieron a la detención inmediata del hombre.
Ya el sábado por la mañana, y con la preceptiva autorización del Juzgado de Instrucción número 4 de Burgos, que ha coordinado la investigación, la guardia Civil desplegaba un operativo en Gamonal, donde se registraron dos viviendas y el local donde presumiblemente se almacenaban las sustancias explosivas en la plaza San Burno.
Fueron los propios Tedax los que entraron en la lonja, donde localizaron hasta 60 kilos de sustancias usadas como 'ingredientes' de explosivos. Todas ellas almacenadas sin ningún tipo de medida de seguridad, ni ventilación ni un simple extintor. Un error o un accidente podría haber sido fatal, según ha explicado Hernández.
De hecho, en el curso de la investigación, el detenido tuvo que acudir a Urgencias con heridas en las manos, presumiblemente causadas por manipulación de las sustancias. A mayores, el único momento en el que el detenido colaboró con los agentes fue precisamente cuando se accedió a la lonja, momento en el que avisó de la presencia de material peligroso.
En este sentido, desde la Guardia Civil se insiste en que la importancia de la operación radica principalmente en dos aspectos. Por un lado, el peligro que entrañaba la actividad del detenido; y por el otro, su propio perfil, que si bien no respondía a actividades violentas, podría ser el objetivo de las redes de captación de bandas delictivas.
Lo que no está todavía del todo clara es la actividad del detenido con respecto al tráfico de drogas. De momento, esa línea de la investigación continúa abierta y no se descartan más detenciones, toda vez que mover la cantidad de droga incautada (25 kilos de speed, unas 100.000 dosis con un valor superior al millón de euros en el mercado negro) no es ni mucho menos sencillo.
En todo caso, los investigadores descartan que esa actividad, en la que en principio se habría iniciado hace poco, fuese la fuente de financiación de la actividad artificiera.
Según ha comprobado la Guardia Civil, el detenido por el almacenamiento de material explosivo marcaba sus 'creaciones' con un logotipo en forma de granada, una imagen que se ha localizado en hasta 30 puntos de la ciudad de Burgos como firma de grafiti.
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