Desarticulado un punto de venta de droga en la cárcel de Burgos

Según explican fuentes del Instituto Armado, los hechos se remontan al pasado mes de julio, cuando personal del Servicio Cinológico del Centro Penitenciario de Burgos, con ayuda de uno de sus perros adiestrado en la detección de estupefacientes, encontró escondidos en el interior de un colchón 123 gramos de hachís, que fueron aprehendidos.

Por esta aprehensión, el Juzgado de Instrucción Nº 2 de Burgos determinó que la Guardia Civil abriera diligencias para esclarecer el suceso y averiguar el origen de esta droga.

Se inició entonces una investigación para conocer que la celda donde fue hallado el hachís únicamente se encontraba ocupada por una persona, J.E.B., quien, por otra parte, no había tenido contacto con otros internos desde días previos.

A la vez, se realizaron indagaciones que permitieron averiguar, por el contrario, que dos días antes sí había disfrutado de un 'vis a vis' autorizado con su pareja sentimental, R.E.B.

Las pesquisas practicadas han arrojado que fue ella quien, aprovechando la visita concertada, introdujo oculta la droga y que, durante el encuentro con J.E.B., se produjo el intercambio de la sustancia prohibida. La cantidad descubierta hace sospechar que su destino final era la venta entre los reclusos del interior.

Con esta operación, además de desarticular un punto de venta en el penal burgalés, se ha podido determinar el método de introducción y revisar los protocolos de visitas, evitando también a mayores que el centro penitenciario de Palencia, lugar donde fue trasladado J.E.B. por estos hechos, se convierta en un nuevo punto de entrada y venta de sustancias prohibidas.

La investigación ha sido dirigida por el Juzgado de Instrucción Nº 2 de Burgos, donde han sido entregadas las diligencias, y coordinada por la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Guardia Civil de Burgos.