La Unidad de Delitos Tecnológicos ha tenido que ser reforzada por el aumento de estos hechos. POLICÍA NACIONAL / VÍDEO: YOLANDA FERNÁNDEZ

Los delitos tecnológicos crecen en Burgos exponencialmente en la última década

La Unidad de Delitos Tecnológicos de la Policía Nacional en Burgos ha tenido que ser reforzada ante el aumento de este tipo de delitos. Los agentes realizan una formación constante ante la especialización de estos delincuentes que se encuentran en cualquier parte del mundo

Jueves, 6 de abril 2023, 09:01

«Exponencialmente, en Burgos lo que más ha crecido ha sido la delincuencia tecnológica». José Manuel del Barco, inspector jefe de la Brigada de Policía Judicial en Burgos, lo tiene claro, los delitos tecnológicos es el tipo de delincuencia que más ha aumentado en la ... ciudad en los últimos 10 o 15 años.

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La brigada que dirige Del Barco está compuesta por unos entre 70 y 80 agentes, y engloba siete grupos: Delitos Tecnológicos, Delincuencia Especializada y Violenta, Delincuencia Urbana, Grupo de Estupefacientes, Unidad de Familia (violencia de género, violencia doméstica y menores), Delitos Económicos y la Oficina de Denuncias. De entre todos ellos hay un claro aumento dentro de los delitos tecnológicos.

José Manuel del Barco, inspector jefe de la Brigada Judicial de Burgos. YOLANDA FERNÁNDEZ

Junto a los delitos tecnológicos también ha crecido la delincuencia itinerante. Esa delincuencia de grupos afincados en otras provincias y que se dedican a cometer delitos en otras ciudades. Se desplazan puntualmente para cometerlos en lugares donde no están registrados. «Hemos hecho hace poco una buena intervención de un grupo dedicado al robo de catalizadores en conjunto con Madrid. Pero también de robos en pisos o de vehículos de alta gama», explica Del Barco.

Globalización de la informática

Aún así, los delitos tecnológicos son ahora mismo los que más crecen. Del Barco fue responsable de la sección de Informática de Tecnologías de la Información y la Comunicación. Hace 10 o 15 años los delitos tecnológicos en Burgos eran «muy pocos y muy graves, como pornografía infantil, delitos contra la propiedad intelectual de las empresas». Los delitos tecnológicos que han aumentado en Burgos son esos que tienen nombres en inglés: 'phising', 'pharming', 'hacking' o 'cracking', o, simplemente, el uso fraudulento de tarjetas de crédito. Las denuncias de delitos tecnológicos de usuarios han aumentado en los últimos años.

Con la globalización de la informática y el acceso a internet, los delincuentes han visto que es más fácil delinquir desde un ordenador que desde la calle.

Los delitos tecnológicos de siempre

El trabajo de la unidad de delitos tecnológicos no deja de aumentar con estas nuevas formas de delinquir, pero, aún así, los delitos tecnológicos más habituales y grandes siguen existiendo. Hace poco, en Burgos, la Policía Nacional detuvo a una persona que suplantaba la identidad de otra persona para conseguir fotos de menores con contenidos sexual. «Fue una investigación de muchos meses. Solo afectaba a Burgos porque los menores solo eran de aquí, pero tenía una gran cantidad de material. Estos son delitos complicados por la vulnerabilidad de las víctimas, menores, por el tipo de delito. Son delitos que te llegan a afectar más que los económicos», explica Del Barco.

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Continúan igualmente los 'delitos del CEO' y los ataques 'man-in-the-middle'. Estos atacan a las empresas pidiendo grandes cantidades de dinero, haciéndose pasar por representantes o altos cargos de otras empresas. «Estos delitos siguen existiendo y suponen pérdidas de grandes cantidades de dinero», añade Del Barco.

La especialización

El inspector jefe de la Brigada de Policía Judicial puntualiza que los delincuentes se han especializado «mucho». Por ello, la Policía Nacional también está en una carrera constante de especialización y formación para ir por delante de los delincuentes. «Ellos se actualizan mucho, crean nuevos tipos de delitos en la red, nuevos tipos de engaños, nuevos virus. Nosotros estamos en permanente formación», garantiza.

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Por ello, esta unidad de delitos tecnológicos ha precisado ser reforzada en los últimos tiempos, pero es que se refuerza casi todos los años. «Es deseo del comisario provincial que se refuerce este grupo con gente muy especializada en este tipo de delitos. Al mando está un inspector, un subinspector y varios policías. Porque, además, también investigan delitos económicos asociados a internet», explica Del Barco.

Los delitos económicos crecen asociados a la tecnología

Lo que ocurre en la actualidad es que muchos delitos económicos van asociados a delitos tecnológicos, como las estafas a través de internet. «Intentan engañar a los usuarios a través de la red y estos delitos, al igual que los tecnológicos, han aumentado mucho en Burgos», asegura el inspector jefe.

En delitos económicos se investigan las estafas clásicas, que también se siguen produciendo, aunque se han reducido mucho, tales como el timo de la estampita o el tocomocho. «Aunque parezca mentira estos delitos también se dan. Aunque hay más mecanismos y los bancos nos avisan cuando una persona quiere sacar mucho dinero», ejemplifica.

La investigación

«La investigación de la delincuencia tecnológica es muy complicada, porque el delito se puede producir desde cualquier parte del mundo», evidencia Del Barco. Existen paraísos informáticos con servidores que se dedican a intentar crear todo tipo de delitos en todo el mundo y que desde cualquier parte del planeta pueden afectar a una víctima en Burgos.

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Por ello, los policías tienen que hacer un rastreo de la red para encontrar el origen del delito. «Tenemos que solicitar, a través de los órganos judiciales, direcciones IP que están alojadas en el extranjero, hay que solicitar rogatorias a jueces de otros países que, muchas veces, no nos contestan. La investigación es larga y complicada. Podemos llegar a esclarecer delitos, pero, a veces, es más difícil detener a los culpables o, incluso, la recuperación del dinero», apunta.

Los bancos, por ejemplo, están obligadas a proporcionar datos bancarios si hay una investigación criminal. Sus operadores informáticos también están obligados a colaborar. «El problema es si están alojados en paraísos informáticos, ahí es más difícil que nos contesten, aunque también depende de la gravedad del delito», añade Del Barco.

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La única parte positiva de esta investigación es que, en estos casos, las denuncias son muy precisas, con muchos datos. La delincuencia económica, al igual que la tecnológica, siempre deja un rastro y «ese es el que seguimos para llegar al origen».

Con todo ello, la delincuencia tecnológica desgasta mucho porque hay una gran cantidad de denuncias y, como asegura el inspector jefe, «investigamos todas. Eso lleva mucho tiempo». Además, existen otros aspectos frustrantes, Del Barco reconoce que se puede llegar a saber quién es el culpable, «pero, a veces, es más complicada detenerlo, es difícil conseguir que el dinero estafado o robado vuelva al usuario. Aún así, recomendamos denunciar, no solo nosotros, los bancos también lo recomiendan para que los seguros se puedan hacer cargo de revertir, en parte, el daño».

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