La defensa del condenado por asesinar a Silvia Plaza se enroca en «la mala praxis» de los sanitarios

En su recurso de apelación mantiene que a Julián David Lázaro debería imputársele un delito de «lesiones» en vez de asesinato mientras que la Fiscalía y las acusaciones ratifican la sentencia que le condenó a 24 años y medio de cárcel

Gloria Díez

Burgos

Miércoles, 10 de febrero 2021, 17:36

La sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha celebrado este miércoles una vista tras el recurso de apelación presentado por la defensa contra la sentencia dictada por la Audiencia Provincial de Burgos que condenaba a Julián David L. C. a 24 años y medio de cárcel por el asesinato de Silvia Plaza.

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... El abogado de la defensa, Gabriel Ruiz, sigue manteniendo que al condenado debería imputársele un delito de «lesiones muy grave», pero no de asesinato e insiste en que la muerte de Silvia se debió a «la mala práxis de los sanitarios».

En base a esta idea ha tratado de justificar que la atención que recibió la joven al llegar a Urgencias del HUBU no fue correcta. En su condición de médico, ha criticado que los facultativos aplicaran suero y un expansor de plasma para salvar la vida de la joven. Sin embargo, tanto los sanitarios que atendieron a la víctima como los informes forenses corroboran que la joven ya llegó al hospital «en un estado próximo a la muerte».

Además, Ruiz ha manifestado sus dudas sobre la autoría de los hechos y, dado que su cliente asegura no recordar qué ocurrió aquel día, el abogado ha solicitado que se lleve a cabo una «prueba de la verdad» para conocer si fue el condenado quien agredió mortalmente a Silvia Plaza.

Tanto la Fiscalía como las acusaciones han desmontado punto por punto los argumentos de la defensa, ratificando así la sentencia. Todos han coincidido en señalar que Julián David era del todo consciente de lo que estaba sucediendo, así lo prueba el hecho de que el propio condenado, tratara de ocultar el cuerpo de la víctima tras la agresión y que huyera para esconderse en un trastero, donde le encontró la Policía un día después.

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Además, insisten en que se trata de un caso de asesinato dado que para el jurado quedó probado que hubo alevosía ya que, después de dejar a Silvia inconsciente y sin posibilidad de defenderse, el condenado continuó propinándole patadas con una «violencia extrema».

Por todo ello, tanto la Fiscalía como las acusaciones piden que se desestime el recurso y ratifican íntegramente la sentencia.

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